Los clientes que consuman en el interior de un restaurante o bar tendrán que identificarse y constar en un registro que el establecimiento deberá mantener a disposición de la conselleria de Salud el menos durante 30 días. Además, estos negocios deberán contar con medidores de partículas de CO2 para controlar la pureza del aire, que deberán estar a la vista de los ciudadanos, y en aquellos en los que la ventilación natural no sea posible, deberán instalar purificadores de aire. Estas son algunas de las medidas acordadas ayer por el Govern, las patronales del sector y los sindicatos.

El objetivo de este acuerdo, según puso de relieve el conseller de Trabajo y Turismo, Iago Negueruela, es evitar en lo posible las medidas restrictivas y apostar por la de seguridad sanitaria, con el fin de facilitar la actividad en un sector que se considera clave para la economía de las islas. En este sentido, recordó que Balears es la única autonomía que no ha adelantado el horario de cierre de estos negocios.

En esta reunión y además del conseller participaron, entre otros, la presidenta del Govern, Francina Armengol; los máximos responsables de las asociaciones de restauración de CAEB y PIMEM, Alfonso Robledo y Eugènia Cusí respectivamente, junto a representantes de las federaciones de este sector de UGT y CC OO, José García y Silvia Montejano, además de miembros de otras organizaciones empresariales de Menorca y las Pitiüses.

La medida que puede resultar más polémica, según reconocieron los propios presidentes de patronales, es la obligatoriedad de identificar a los clientes que consuman en el interior de los locales para poder luego hacer un seguimiento en caso de que se detecte un positivo por covid-19, pero se aseguró que no se va a vulnerar su intimidad, dado que solo la empresa y la autoridad sanitaria podrá acceder a esa información.

Respecto a los medidores de dióxido de carbono, serán obligatorios en todos los establecimientos y deberán estar a la vista de los clientes. Este punto no supone un problema para el sector, dado que su precio suele moverse entre los 50 y los 100 euros.

Se va a potenciar que estos locales se ventilen de forma natural para mantener la pureza del aire, pero los que no puedan hacerlo deberán instalar purificadores de aire. Dado que su coste se sitúa ya entre los 600 y los 2.000 euros, el Govern ha aceptado cofinanciar su compra, aunque no se ha determinado el montante final de esta ayuda.

Los locales que cumplan estas medidas dispondrán de un sello de calidad para poder ser identificados. Su obligatoriedad entrará en vigor en fechas próximas.

Más terrazas

Otro acuerdo adoptado es el de potenciar las terrazas, donde las medidas antes señaladas no serán necesarias. Para ello, el Govern va a mantener contactos con los alcaldes para que faciliten su ampliación o instalación.

Ello se debe a que el exterior se considera el lugar más seguro a la hora de consumir alimentos sin mascarilla.