El fiscal solicitó ayer una condena de nueve meses de prisión para una mujer de Palma acusada de saltarse seis veces el confinamiento domiciliario impuesto la pasada primavera por la crisis del coronavirus. El ministerio público le imputa un delito de desobediencia. La procesada, que llegó a estar diez días en prisión provisional por estos hechos, no se presentó a la vista oral celebrada en Vía Alemania y fue juzgada en ausencia. Su abogada reclamó la absolución alegando que no desobedeció ninguna indicación concreta de los policías que la interceptaron. Los agentes que la detuvieron por última vez contaron en el juicio que la arrestaron por ser «multirreincidente» en su quebrantamiento del estado de alarma.

La procesada incumplió de forma sistemática las restricciones implantadas a partir del 14 de marzo, cuando el Gobierno decretó el confinamiento nacional de la población para hacer frente a la pandemia. Durante las tres primeras semanas de esta reclusión, cuando solo estaba permitido salir de casa por razones imprescindibles, la mujer fue sorprendida seis veces en la calle sin causa justificada.

La última vez que fue interceptada fue el 8 de abril en la calle Fe, en la barriada palmesana de La Soledat. Una patrulla de la Policía Local la interceptó cuando caminaba por la vía pública. Los agentes, según explicaron ayer en el juicio y le preguntaron por qué razón estaba fuera de su domicilio. «Nos contó una historia rara, nada convincente», relató uno de los funcionarios, sin entrar en más detalles. El otro aseguró que sus explicaciones «no se ajustaban a las causas fijadas por el estado de alarma».

Según contaron, al comprobar sus datos descubrieron que era la sexta vez que incumplía las restricciones. La Policía Local la había denunciado tres veces y la Policía Nacional otras dos, una de las cuales acabó arrestada. «La detuvimos al ver que era multirreincidente», señaló uno de los agentes que la interceptaron en La Soledat. La mujer ingresó en prisión provisional por orden judicial tras este nuevo incumplimiento y permaneció diez días encarcelada.

A preguntas de la abogada defensora, los dos policías afirmaron que ese día no le dieron ninguna indicación para que se fuera a su casa, sino que la detuvieron directamente. La letrada esgrimió en sus conclusiones un auto de la Audiencia Provincial de Palma que dejó en libertad a un hombre encarcelado por hechos similares y acusado también de desobediencia. Los magistrados señalaron entonces que «solo se desobedecen mandatos concretos» y que no bastaba con el simple incumplimiento de las restricciones para imputar un delito. En su alegato, la abogada reclamó la absolución de la mujer porque «no hubo un requerimiento previo de los policías» que la arrestaron.

El fiscal, por su parte, cuestionó este planteamiento y solicitó una condena de nueve meses de cárcel. En sus conclusiones, destacó que la mujer «tenía ya varias actas de infracción» y que no podía alegar desconocimiento porque las restricciones eran «públicas y notorias» y fueron difundidas a toda la población.