Mallorca ha superado este año el umbral psicológico de las cien mil plazas legales de alquiler vacacional. Según datos facilitados por el Govern, a día de hoy la isla contabiliza 16.633 viviendas vacacionales que suman un total de 102.598 plazas. Son las que están dadas de alta en el registro de la conselleria de Turismo con licencia para albergar a turistas, pero no significa que todas estén en activo.

Hay un goteo de nuevas altas incluso en un año atípico como este, en el que la pandemia ha disuadido a muchos turistas de visitar la isla. A 30 de junio el registro del Govern contabilizaba 16.327 viviendas vacacionales que sumaban 101.952 plazas. Es decir, se han legalizado otras 646 camas desde el verano.

Anuncios dudosos

Estos datos dan idea de la dimensión de esta actividad en Mallorca, pero solo se refieren a la oferta legal. La ilegal representa una porción significativa del total de plazas que existen en la isla, y se manifiesta de forma evidente en numerosos anuncios en portales especializados. Sin embargo, no hay estimaciones de cuál es el volumen aproximado de esa otra oferta.

Las camas destinadas a alquiler vacacional en viviendas representan todavía una modesta parte del total de plazas turísticas que ofrece Mallorca, incluyendo las hoteleras. Sin embargo, su crecimiento se ha disparado desde 2015, cuando la isla solo contabilizaba 32.000 plazas. Desde entonces hasta el día de hoy, el número de camas inscritas se ha triplicado.

Desde el Govern matizan que no toda la oferta que se registra con el DRIAT (Declaración Responsable de Inicio de Actividad Turística), se comercializa. Asimismo, los propietarios tienen la posibilidad de dedicar sus viviendas al alquiler residencial durante un plazo de tres años, incluso aunque estén dadas de alta como vacacionales.

El foco del problema del alquiler ilegal es Palma. La prohibición de realizar la actividad en pisos hizo aflorar una voluminosa oferta irregular que ha bajado de intensidad a consecuencia de la pandemia. El año pasado el Govern retiró del mercado casi 500 plazas de alquiler vacacionales de la ciudad porque los inspectores detectaron incumplimientos que no eran subsanables.

Críticas de los ecologistas

En conjunto, Mallorca contabiliza alrededor de 400.000 plazas turísticas, incluyendo toda la planta hotelera. De este modo, una de cuatro camas de la isla están destinadas al arrendamiento vacacional.

Los ecologistas han calificado este crecimiento de «desmesurado» en reiteradas ocasiones. Entidades como Terraferida reivindican «un crecimiento sostenible» que pasaría por «limitar el crecimiento de plazas turísticas» en todo el archipiélago.

Efecto pandemia: Poco trasvase al alquiler residencial

A diferencia de lo que ha sucedido en otros puntos de España, en Mallorca no se ha detectado un trasvase significativo de viviendas vacacionales al mercado residencial. Al principio, los propietarios de la isla esperaron para ver cómo evolucionaba la pandemia, con la esperanza de poder ejercer la actividad al menos durante julio y agosto. Como todo el sector vivieron un verano a medio gas. Ahora aguarda qué sucederá en un 2021 que empezará con mucha incertidumbre.