La lista Forbes de los cien españoles más ricos incluye a los mallorquines de rigor pero, repasando a los milmillonarios y cienmillonarios, cuesta encontrar a alguno que no haya mantenido una relación más que ocasional con Mallorca. El vínculo se concreta a menudo con una frecuencia vacacional, pero con una fluidez que supera el concepto de segunda residencia.

Explotando las conexiones de los multimillonarios, la lista Forbes España se transforma en lista Forbes Mallorca. Los cuatro mallorquines de origen duplican la previsible frecuencia demográfica, aunque de la presente edición confeccionada por la revista de negocios se han descolgado apellidos como Matutes, Riu, Barceló o Hidalgo, contagiados por la pandemia económica. Los supervivientes han experimentado lesiones de gravedad. Los 1.500 millones de euros de Miguel Fluxá parecen un trofeo considerable, hasta que se advierte que la cifra equivale a la mitad del patrimonio acumulado un año atrás por el presidente de Iberostar e inversor aventajado en ACS. Gabriel Escarrer ha sufrido un recorte similar, de mil a 425 millones, despeñándose varias decenas de posiciones. Se ha visto superado por Carlos March Delgado, nieto de Juan March Ordinas con un registro personal de quinientos millones. Su hijo Juan March de la Lastra, cuarta generación, también se ha abierto hueco con la mallorquinidad genética cada vez más diluida.

La volubilidad de la fortuna se ha ensañado con linajes como Escarrer o Fluxá, ligados al oro turístico. Han perdido entre ambos más de dos mil millones de euros, cuando la media de la caída de los magnates españoles es de doscientos millones per cápita a causa del coronavirus. Para compensar, la mayoría de los grandes ricos cuentan con una vinculación mallorquina. Amancio Ortega no solo vuelve a encabezar la clasificación, sino que sus 57 mil millones de euros procedentes de Inditex le permiten superar a la suma de la inmensa mayoría de sus competidores nacionales. Habita otra Liga, sus primeras vacaciones dignas de tal nombre tuvieron lugar circunnavegando Mallorca, donde quiso comprar el hotel Bendinat con objeto de transformarlo en su residencia privada. Su principal ejecutivo Pablo Isla es un veraneante de larga duración en el Llevant mallorquín.

La segunda posición pertenece a Sandra Ortega Mera, hija del primer matrimonio de Amancio Ortega. El percance de salud con desenlace mortal de su madre Rosalía Mera en Menorca sirvió para destapar los estrechos lazos de la familia con Balears. La cuarta posición corresponde a Rafael del Pino, con 3.200 millones. De nuevo, el presidente de Ferrovial y la larga relación de familiares repertoriados por Forbes disfrutan desde la infancia de sus vacaciones náuticas en Mallorca. Su padre Rafael del Pino Moreno sufrió un accidente de gravedad a bordo del palacio flotante del Alcor, un yate de 34 metros con base en la isla.

En Pollença todavía resuenan las voces de madrugada de Mario Conde y Juan Abelló, número cinco de la lista con 2.200 millones, mientras planeaban la toma del poder financiero español en los años ochenta, a partir de la venta del laboratorio farmacéutico familiar del magnate. En la posición número siete, Alicia Koplowitz inicia con 2.200 millones el desfile continuado por su hermana Esther y sus exmaridos Alberto Cortina y Alberto Alcocer. El primero de ellos transformó más que reformó una de las propiedades más exclusivas de Escorca. Los dos matrimonios veraneaban conjuntamente y desde antiguo en Santa Ponça, la isla que frecuentaban sería el destino de sus inversiones.

Alicia Koplowitz se reunió en unas lujosas tiendas de campaña del desierto saudí para sellar la gestión de una propiedad mallorquina. El jeque Alwaleeed, miembro de la casa real saudí con chalé desde antiguo en Son Vida, compró el hotel Maricel del que se encaprichó su vástago durante una excursión familiar. En la cumbre desértica lo cedió para que fuera explotado comercialmente por el hijo de la multimillonaria, dentro de la cadena Hospes.

Con 1.500 millones de euros acreditados, Florentino Pérez encabeza la segunda decena de los megamillonarios españoles de Forbes. El antiguo “empleado” de los March en ACS ha desbancado a sus patronos, si bien los expertos en los vericuetos de la apreciación de fortunas disputarían este resultado. El presidente madridista no solo está vinculado a Puerto Portals a través de las sucesivas ediciones del yate Pitina, que adoptaba el apodo de su mujer. Compró también una de las viviendas más lujosas del Port d’Andratx, con helipuerto en la cima de una montaña, que más tarde vendería al piloto Michael Schumacher. También adquiriría viviendas para sus hijos en la vecina Cala Viñas. Sin embargo, su adicción a Mallorca se tradujo en una alergia irreductible a raíz del fallecimiento de su esposa. Nunca más ha vuelto a la isla, se siente incapaz de hacerlo.

Los gigantes de los juegos de azar con puesto de honor en la lista Forbes Mallorca, y cuyo nombre es peligroso incluso reproducir, también compraron chalet en Formentor. Desde allí iniciaron una cruzada contra la gigantesca Villa Cortina, levantada en las inmediaciones por Alfonso Cortina, fallecido este año de coronavirus.

Los miembros del club de grandes millonarios españoles que casualmente no guardan relación con Mallorca pueden asociarse fácilmente a Eivissa o Menorca, en una variante de este reportaje. En la plaza 37 aparece Carmen Thyssen, con 600 millones en arte. La avispada empresaria adquirió una recóndita villa del Terreno palmesano, dentro de su objetivo de acercarse al máximo a los por entonces irreprochables Reyes Juan Carlos y Sofía. A tal efecto, pujó con interés por el hotel Maricel, desde donde hubiera podido tutear a Marivent. Fue inseparable del verano mallorquín cuando Heinrich Thyssen pagaba las copas, y el mallorquín de adopción José Luis de Vilallonga se convertía en el episódico biógrafo del barón.

Los Ybarra simbolizan otra saga familiar con honda raigambre mallorquina. La peripecia de los Del Pino en Ferrovial se reproduce con los Entrecanales de Acciona. Hasta media docena de miembros de esta familia se hallan desperdigados por la lista Forbes Mallorca, en todos los casos con vínculos isleños. Sin embargo, la figura más representativa es Bruno Entrecanales, hermano del presidente de la constructora, José Manuel Entrecanales. Partidario de reconciliarse con la naturaleza hasta extremos casi religiosos, Bruno Entrecanales se ha convertido en la más reciente reencarnación de s’Arxiduc en Tramuntana. Su fortuna según la revista asciende a 250 millones de euros.

La red aquí trazada dista de ser exhaustiva. Más de medio centenar de los grandes magnates de Forbes cuentan con Mallorca en su currículum vital. Sin embargo, la discreción sigue siendo el activo más cotizado de la isla selecta, por lo que han pasado desapercibidos mientras amasaban sus centenares y miles de millones. Pese a su importancia indiscutible, palidecen frente a los titanes internacionales refugiados en idéntica geografía. Desde su villa en el Port d’Andratx, el inversor norteamericano Ray Dallio maneja una fortuna personal de 15.000 millones de euros y fondos ajenos en torno a los 150 mil millones, a través de Bridgewater. Un hombre que vale por toda una isla.