«La relación cada vez es menos de marido y mujer y te sientes más solo y más cuidador». Así describe Gustavo su vivencia ante el avance de la enfermedad en su mujer, diagnosticada de Alzheimer hace más de diez años.

Gustavo lo cuenta en un vídeo realizado por Creu Roja Balears por el Día Mundial del Cuidador, una fecha para reconocer y visibilizar la vital tarea que llevan a cabo miles de personas con sus familiares dependientes y lanzarles además un mensaje importante: no estáis solos.

Aceptar y conocer la enfermedad, aprender cómo responder a las necesidades del enfermo y asumir ese cambio de rol en la relación (de pareja a cuidador; de hija a cuidadora...) es difícil y puede suponer un gran desgaste físico y emocional.

Video rodado antes de la pandemia

En más de 20.000 hogares de Balears vive alguna persona dependiente, normalmente cuidada por un familiar (en el 80% de los casos por una mujer).

«Ahora hay algo más de hombres, pero en general la situación no ha cambiado: es un trabajo feminizado», explica Juan Carlos Ballester, técnico del área de Personas Mayores de Creu Roja.

Los datos del Programa de Atención a las Personas Cuidadoras lo dejan claro: en el 43% de los casos son las hijas las que se encargan; en un 22%, las esposas; y en un 8%, las nueras. La media de edad de los usuarios del programa (que atiende a unas 680 personas en Balears, 370 en Palma) está en los 52 años.

«Muchos tienen dudas sobre una enfermedad que ha venido de golpe, necesitan información», narra Ballester, «y a veces ves desesperación, gritan pidiendo ayuda porque los recursos públicos pueden tardar en llegar».

El programa sale adelante gracias a una treintena de voluntarios y se financia con ese 0,7% del IRPF que gestiona la conselleria de Asuntos Sociales. Tiene varias líneas de actuación, empezando por la de formación más ‘práctica’: lo primero es capacitar al cuidador con talleres, sesiones informativas...

También se les ofrece algo crucial: «Tiempo de respiro». Un voluntario acude al domicilio dos o tres horas a la semana y se queda con la persona dependiente haciendo estimulación cognitiva, y así el cuidador tiene un momento para sí mismo, para salir, ir a la peluquería, quedar con amigos, airearse.

También se les brinda apoyo emocional. «Queremos empoderarlos, mediante apoyo psicológico ya sea individual o en grupo», cuenta el técnico de Creu Roja. Las charlas con otros cuidadores es de lo que más se valora. Gustavo, para quien la soledad es «el principal problema», lo certifica: «Es encontrar un apoyo, es gente que te escucha, te da ideas, te entiende y te puede ayudar», valora. Ballester recuerda que existe un teléfono de atención al cuidador: 900365100.

Precisamente para romper esa soledad y visibilizar los cuidados, hace tres años nació en las islas la asociación de personas cuidadoras Mans a les Mans, que para conmemorar este Día Mundial ha realizado también un vídeo [.

La entidad llama a la «corresponsabilidad» en el cuidado, en el propio hogar y también con más recursos e implicación de la administración.

Mans a les Mans lamenta además que la pandemia de la covid-19 «ha agravado» la situación de las personas dependientes por «las dificultades para tener contacto con su entorno afectivo» y «la imposibilidad de realizar actividades de mantenimiento cognitivo y físico, tan importantes para mejorar su calidad de vida», razona la asociación, que subraya «el valor universal del cuidado en una sociedad humanizada».