El Govern aprobó ayer el proyecto de presupuestos para el próximo año que ascenderán a 5.881,5 millones de euros, lo que supone un 0,2 por ciento menos que el de 2020, si bien se trata de una cantidad «inicial» ya que en estas cuentas no se han incluido fondos extraordinarios europeos para hacer frente al coronavirus. Una vez que se incorporen estos fondos los presupuestos autonómicos superarán finalmente los 6.000 millones de euros, según explicó la consellera de Hacienda, Rosario Sánchez. En los presupuestos elaborados por el Govern destaca el incremento del gasto social más elevado de la historia, hasta alcanzar los 3.340,4 millones de euros. De esta cantidad el mayor aumento se producirá en el gasto sanitario, que subirá un 12 por ciento alcanzando los 1.933,2 millones, lo que supone 206,3 millones más que este año.

El gasto social se completa con 1.053 millones para educación (48 millones más que este año), 215,4 millones para servicios sociales (28,6 más lo que se traduce en la mayor subida porcentual al suponer un aumento del 15,3 por ciento), 107,9 millones para ocupación y 30,8 para vivienda. En el caso de estas dos últimas áreas se produce un descenso con respecto a lo presupuestado para este año, si bien se debe a que en lo que se refiere a vivienda los 33 millones menos es la misma cantidad que hay que añadirle de los fondos europeos en esta materia, ya incluidos en los presupuestos generales del Estado, al igual que en ocupación (con casi un millón de euros menos) también se añadirán fondos europeos.

Así, el gasto público para políticas sociales aumentará en un 8,1 por ciento, con 249 millones de euros más, y representa el 70,7 por ciento del total del presupuesto no financiero, el destinado a las políticas públicas. Sánchez resaltó que se trata de unos presupuestos extraordinarios para hacer frente a la emergencia provocada por el coronavirus, cuyos objetivos prioritarios son la seguridad sanitaria, «reforzar» la protección de las personas y ayudar a la recuperación económica de las islas.

La consellera, quien recordó que el techo de gasto ya aprobado por el Parlament supone 4.726 millones de euros (con un incremento del 7,8 por ciento), explicó que uno de los motivos de la reducción d el presupuesto financiero es que el próximo año el Govern destinará al pago de deuda 1.155 millones de euros, frente a los 1.509,3 millones de este año debido a que en 2020 tuvo que hacer frente a un aumento de 450 millones para amortizar emisiones de deuda realizadas en 2005 y 2010. 

A pesar de ello, el próximo año la deuda de la Comunidad alcanzará una cifra récord de 9.318 millones de euros, debido a que el déficit aumentará en 295 millones. Este incremento se debe a la suspensión de los límites de deuda y déficit y la regla de gasto, con un 2,2 por ciento como tasa de referencia del déficit para las comunidades autónoma del que el Gobierno central asume la mitad de los 591 millones en los que se traduce esta medida en el caso del Govern, que se hace cargo de la otra mitad.

La consellera de Hacienda, quien prevé que el jueves entrará en el Parlament el proyecto de presupuestos aprobado ayer por el Govern para comenzar su tramitación, incidió en que en las cuentas del Ejecutivo balear se han incluido 100 millones de euros del fondo europeo React-EU, previsto para inversiones en infraestructuras esenciales, pero no los 153 millones incluidos en los presupuestos estatales para Balears provenientes del fondo europeo de recuperación y resiliencia. A ello, según recordó Sánchez, habrá que sumar lo que corresponda a las islas de los 14.000 millones para todas las comunidades autónomas que aun están pendientes de asignar.

Impuestos

En lo que se refiere a las condiciones puestas por Ciudadanos para apoyar los presupuestos del próximo año, Sánchez dejó claro que no se contemplan reducciones de altos cargos ni están «previstas bajadas de impuestos ni subidas», rechazando así estas dos peticiones. De hecho, aseguró que la presión fiscal será la misma que este año, con la única novedad del canon de residuos que comenzara a aplicarse a partir de julio.

Del total de presupuestos para el próximo año, casi la mitad de los fondos (2.887 millones) procederán del sistema de financiación autonómica y una cuarta parte (1.480,5 millones) de préstamos. El resto llegará de tributos cedidos, otras aportaciones ajenas, tributos propios y tasas.

El Govern prevé una subida del 2,5 por ciento en su recaudación por IRPF, pero es el único incremento de ingresos en lo que se refiere a impuestos que contempla el Ejecutivo balear. Así, ha elaborado sus cuentas para el próximo año con la previsión de una caída de los ingresos propios, de tal modo que el impuesto de transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados (relacionados con la compraventa de viviendas) descenderá en un 31,1 por ciento, que se traducirá en 313 millones para el próximo año. El descenso porcentual más acusado se producirá con la ecotasa, con la que calcula que recaudará 56, 9 millones, un 55,6 por ciento menos de lo que se había presupuestado para este año.