Los padres de Maxi Guevara, de cuatro años, han iniciado una campaña de micromecenazgo para recaudar fondos porque su hijo padece cáncer y han tenido que «dejar el trabajo con el fin de cuidarle durante el tratamiento», según explicó ayer el progenitor, Carlos Guevara. Lo hacen a través de la página web gofundme.com, dedicada al crowdfunding, y con el dinero quieren «simplemente poder continuar pagando tanto la manutención como el alquiler», tal como indicó. El pequeño está ingresado en Son Espases desde que le diagnosticaron «un tumor maligno de alto riesgo a nivel de estómago (un neuroblastoma) con metástasis en los huesos, por lo que requiere un tratamiento bastante intenso de una duración de un año, con fármacos muy fuertes y quimioterapia», según se lee en la campaña ‘Ayudemos a Maxi a superar el cáncer’.

Su padre solo tiene palabras de agradecimiento para el personal del hospital de referencia, ya que «están siendo más que grandes profesionales: unas bellísimas personas. Se portan muy bien con mi hijo y él está animado, con una buena actitud. No sabe nada de lo que le ocurre, pero ve que vienen los payasos de la Sonrisa Médica o la psicóloga infantil con cuentos y se pone muy alegre», como detalló Carlos. Lleva con él desde el viernes sin salir de Son Espases debido a que su mujer se ha puesto enferma con gripe, no puede sustituirle y debe cuidar de su hija de seis años.

Ya han superado tres sesiones de quimioterapia, de las ocho previstas antes de la operación, un proceso que jamás hubiesen imaginado el 26 de septiembre, cuando les cambió la vida. «Maxi empezó a sentirse mal, con fiebre recurrente y dolores corporales cada vez más intensos», por lo que le llevaron a Urgencias del hospital después de una visita días antes al centro de salud de la Casa del Mar. «Recuerdo que le dije a un compañero que me iba un momento a Son Espases, sin pensar jamás en esta situación», cuenta desde la habitación de su hijo en la Unidad de Oncología Infantil del centro.

En la web de la campaña, con la que por ahora han conseguido unos 3.000 euros, explican que le administran la medicación con un catéter venoso central, entre otras muchas especificaciones técnicas del tratamiento, que le está «disminuyendo las defensas y hay riesgo de infección y afección en otros órganos». De todos modos, Carlos destaca que Maxi sigue siendo un niño muy alegre cuya hermana, Maia, le espera en casa para jugar juntos.