La atención psicológica a las víctimas de violencia machista que presta el Consell de Mallorca se ha incrementado casi un 40% este año respecto al anterior por la mayor demanda de usuarias. Ante la «necesidad imperiosa de aumentar el número de horas», la institución insular aprobó ayer ampliar el servicio y duplicar su presupuesto, que asciende a 1,2 millones para los próximos tres años, según indicó la consellera de Presidencia, Teresa Suárez. Además, habrá profesionales que se dedicarán específicamente a ayudar a adolescentes y jóvenes víctimas de violencia machista y otras que atenderán a aquellas mujeres que hayan sufrido una agresión sexual.

Como explicó la responsable política, «hasta ahora se ofrecía un servicio generalista», es decir, sin grupos concretos para cada problemática. Sin embargo, con «el doble de psicólogas» podrán hacer el «abordaje especializado» en los citados casos y, por tanto, «mejorar la atención y que sea más efectiva y singularizada para dar respuesta a estas situaciones concretas», destacó Sánchez. El objetivo es «ofrecer recursos a las víctimas de violencia machista que les permitan reparar el dolor y las largas secuelas».

Lo ideal sería «que bastase con la prevención, intentar que las agresiones no se produzcan, pero mientras ocurran, tenemos que estar al lado de las víctimas», en palabras de la consellera insular que lleva los temas de Igualdad. Por tal motivo, también hizo «un llamamiento de responsabilidad a la sociedad para denunciar los casos» y animó «a las mujeres y jóvenes que los sufren, porque hay recursos al alcance de todas», tal como destacó.

Foco en la juventud

Teresa Suárez destacó los datos de la UE respecto a que «cada dos minutos hay un menor víctima de agresiones sexuales», un tipo de delito que va aumentando de año en año, según los informes del ministerio del Interior. Realizó este preámbulo para hablar de «la creencia de que la gente joven está cada vez más protegida de las violencias machistas, pero no es así». De ahí la importancia que da su conselleria al abordaje de la violencia en las adolescentes y jóvenes, debido a que «su vivencia de la situación no es igual que la de una mujer de más edad». En cuanto a la atención a víctimas de agresiones sexuales (en este caso a cualquier edad), también se ha individualizado por ser «una situación traumática especialmente dura».

Empiezan con varias sesiones individuales, ya que las víctimas necesitan un acompañamiento personalizado que varía según cada caso, y continúan con una segunda fase en la que se lleva a cabo un trabajo grupal. «Estar con mujeres que también han sufrido el mismo tipo de violencia ayuda, genera empatía. Las psicólogas dan gran importancia al apoyo del grupo en el proceso de recuperación, no solo el del servicio de atención a las víctimas, sino las redes que ellas tienen fuera, sobre todo en el caso de las adolescentes».

La consellera incidió en que se trata de un servicio fundamental «para que las mujeres continúen adelante con su vida, el proceso de inserción laboral y autonomía personal con la máxima garantía, y se empoderen tras superar un trauma de estas características», tal como las animó.

Prostitución y acogida

La dirección insular de Igualdad del Consell, con competencias en esta materia desde 2019 tras el traspaso del Govern, también ha impulsado el servicio de atención a mujeres en situación de prostitución que se han quedado en la calle debido al confinamiento y con la posterior crisis. Con él han ayudado a más de 30 mujeres a través de la ONG Médicos del Mundo. En cuanto al servicio de acogida a víctimas de violencia machista y sus hijos, han tenido que ampliarlo a causa de la gran demanda «en un año especialmente complicado, en el que el confinamiento y las situaciones de estrés han llevado a atacar a las personas más vulnerables, las mujeres», lamentó Suárez. Puso como ejemplo que en agosto del año pasado había acogidas 16 víctimas, mientras que en agosto de 2020 la cifra fue de 56, como se dijo recientemente.