Tras abrumar a los informadores con un montón de incidencias acumuladas a siete y catorce días, tasas de positividad y datos de contagios y PCR realizadas, el portavoz del comité de enfermedades infecciosas, Javier Arranz, se avino a hacer una valoración menos «epidemiológica» de la situación y admitió que en las islas se está dando un aumento en la incidencia del coronavirus y viven una situación «crítica».

Por ello, apeló a la ciudadanía a mantener las medidas de seguridad y a cumplir las restricciones en los lugares en los que se han aplicado como mejor medida para combatir esta pandemia.

«Quiero recordar a los jóvenes que, pese a que estén bien, deben llevar la mascarilla porque cualquiera puede ser un contagiador potencial. Y a las personas de las zonas confinadas que deben quedarse en casa lo máximo posible, que si pueden no ir a cenar, mejor, que se olviden de las reuniones sociales por un tiempo limitado», concluyó antes de descartar una vuelta a un confinamiento obligatorio general y apelando al socorrido «los datos nos irán indicando el camino».

Asimismo, se mostró refractario a rebajar las restricciones impuestas «hasta que no disminuyan los contagios. No queremos acercarnos a la situación epidemiológica del resto del país. Ni queremos adoptar medidas de forma tardía como ha ocurrido en otras regiones», justificó para mantener el toque de queda más allá del día 9 de noviembre en que prescribe la medida llegada de mano de la declaración del nuevo estado de alarma. «Dependerá de cómo evolucionen los contagios», supeditó antes de plantearse levantar la restricción de movimientos.

Volviendo a los datos que centraron buena parte de su intervención, Arranz apuntó a que las 245 PCR positivas notificadas ayer suponen un claro aumento sobre las 170 de las que se informó hace siete días. Que igualmente la tasa de positividad (número de pruebas positivas sobre el total realizadas) había pasado del 5,59% en la que estaba situada hace una semana frente al 7,83% que se registró ayer.

Pese a estos malos datos, la situación asistencial sigue sin ser preocupante, admitió tras revelar que las 149 personas ingresadas ayer tan solo suponían una ocupación del 6% del total de camas hospitalarias de esta comunidad. O que los 49 pacientes que en estos momentos están en UCI implican una ocupación del 17% del total de estos recursos en las Illes Balears. 

Concluyó Arranz diciendo que esta comunidad todavía se encuentra en la segunda ola pandémica, una segunda ola que no ha tenido un descenso de casos tan bajo como se desearía a consecuencia de que el resto del país ha ido desacompasado en la rebaja de contagios, interpretó.

Pere Garau

Preguntado el portavoz sobre en qué nuevas zonas podrían estar pensando en actuar, Arranz mencionó la zona básica de salud de Pere Garau, barriada donde matizó que se podría llevar a cabo «una microintervención más específica». De esta manera aludía a las intervenciones de acción social que buscan evitar focos poblacionales donde no se puedan mantener las medidas de seguridad así como otras medidas dirigidas a convencer a los «escépticos» con la efectividad de esas medidas. Descartó asimismo en estos momentos un cierre de puertos y aeropuertos que esta comunidad estaría facultada a acometer de la mano del estado de alarma.