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Entrevista

Helena Legido-Quigley: «Europa podría haber aprendido de Asia, hubo cierto sentimiento de superioridad»

La investigadora en salud pública estudia cómo los sistemas de salud han respondido a la covid

«Europa podría haber aprendido de Asia, hubo cierto sentimiento de superioridad»

Entre otras cosas, Helena Legido-Quigley es investigadora en salud pública, profesora de la Universidad Nacional de Singapur, y miembro del panel de expertos de la OMS que evalúa cómo han respondido los diferentes países a la pandemia. Ayer habló sobre este tema en el acto inaugural del máster en Investigación en Salud y Calidad de Vida (MSQV) de la UIB en una conferencia que ofreció vía telemática.

Durante la pandemia ha escrito varios artículos sobre el tema, además de impulsar la carta publicada en The Lancet y firmada por varios científicos españoles reclamando una evaluación independiente de la gestión realizada en nuestro país (algo a lo que, aseguró ayer, el ministro Illa se ha comprometido). «¿España podría haber actuado antes? No lo sabemos todavía», señaló.

Cauta en sus críticas y deseosa de alejarse de luchas políticas, sí que durante su charla fue dejando caer algunos puntos mejorables en la gestión española y europea, poniendo en contraposición los éxitos de otros países.

«Europa podría haber aprendido de Asia, hubo cierto sentimiento de superioridad», indicó, señalando que el viejo continente aún está a tiempo de fijarse en el ejemplo asiático, que ha logrado parar la segunda ola con medidas como muchos rastreadores o test masivos: detalló que desde mayo en Wuhan ya son capaces de realizar 1,5 millones de test en 24 horas y tienen claro que es una inversión, por elevado que sea el coste de las pruebas, algo que se cuestionaba en España al inicio de la primera ola.

«En Europa no se implantó desde el primer día el procedimiento para hacer test y el seguimiento de contactos», señaló: «Es algo que no entiendo, si comparas ese gasto con las consecuencias de cerrar la economía, ¿no sale a cuenta?».

Otra característica que para la investigadora es «esencial» para afrontar la pandemia y que ha visto en otros países es la transparencia en la información y claridad en los indicadores usados para tomar decisiones restrictivas o de flexibilización. Durante la desescalada en España, indicó, «hubiera sido clave» aclarar estos puntos y saber cuántos rastreadores había en cada CCAA; cuánto material de protección tenían en stock y cuál era su estrategia para realizar las PCR en Atención Primaria. «Y esto no sucedió».

También mencionó a África, donde el virus está teniendo menos incidencia de la esperada: aunque admitió cierto desconcierto ante este punto (también ante el descontrol actual de los contagios en Alemania), la investigadora señaló como posible clave que el continente africano ha sabido involucrar a la comunidad, a la población, en la lucha contra la enfermedad, algo que aquí no se ha logrado y podría conseguirse implicando a los pacientes en la toma de decisiones referentes al sistema de salud y buscando el apoyo de voces con poder de influencia, por ejemplo en el caso de los jóvenes: «Culpabilizarlos no funciona».

Asia: mejor preparados de base

Razonó que los países asiáticos ya estaban de base mucho mejor preparados por experiencias en pandemias previas, con por ejemplo un gran stock de equipos de protección. Mencionó también el factor cultural y cómo ya antes de la covid-19 en estas zonas es habitual el uso de mascarillas o el quedarse en casa ante el mínimo síntoma de resfriado o gripe para no contagiar a los demás. También apuntó, mencionando las distintas apps puestas en marcha, que en países como Corea del Sur o China la población antepone la seguridad sanitaria a la privacidad de sus datos.

En el caso de Singapur señaló que al saberse lo que pasaba en China de inmediato se aplicaron modelos de predicción que les permitieron saber cuándo iba a tener lugar el primer contagio «incluso antes de que sucediera: el modelo falló solo por dos horas».

La experta defiende que España puede aprender muchas cosas de lo sucedido (para empezar, la necesidad de investigar en salud pública, un campo hasta ahora muy ignorado en nuestro país). Por ejemplo cree que en un mes podría estar listo un análisis detallado de qué hace falta ahora mismo en cada CCAA para atajar la expansión del virus.

Antes de la irrupción de la covid, Legido-Quigley estudiaba el impacto de las medidas de austeridad en los sistemas de salud y ayer advirtió que hay que prepararse para las consecuencias que todo lo sucedido tendrá, ya que pasaremos de la crisis de salud directa a la económica y luego a la social.

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