La covid-19 altera casi todas las facetas de la vida. Y también los ritmos asistenciales sanitarios, aunque sean tan importantes como los cribados poblacionales de cáncer de mama implantados para detectar de forma más precoz y con mejor pronóstico estos tumores entre la población femenina de Balears.

Según explicó Carmen Sánchez -Contador, coordinadora de la estrategia frente al cáncer de esta comunidad autónoma, durante la vigencia del estado de alarma se decidió suspender estas mamografías preventivas, lo que obligó a anular hasta 3.600 citas ya concertadas.

Y que el retraso acumulado ha obligado a replantearse la periodicidad de estas pruebas, que según la responsable asistencial se realizarán cada tres años en vez de dos por lo menos hasta bien entrado el año que viene.

Como se recordará, hasta la llegada del SARS-CoV-2 estas mamografías preventivas se realizaban cada dos años a todas aquellas mujeres con edades comprendidas entre los 50 y los 69 años.

Los retrasos en este programa denunciados por este diario durante el verano del año pasado, en los que hasta 6.000 mujeres adscritas al hospital de Son Espases no pudieron realizarse las mamografías por falta de radiólogos que las interpretasen posteriormente, ya se habrían solventado, según Sánchez-Contador.

El programa de detección precoz prevé recuperar su periodicidad bianual antes del próximo estío

«El anilllo radiológico (una iniciativa del Servei de Salut por la que todas las pruebas de imagen realizadas en esta comunidad pueden ser interpretadas por cualquier especialista de un hospital público, independientemente de que la prueba no sea de un paciente suyo) ha permitido solventar esta carencia. De hecho, en estos momentos contamos con 22 radiólogos para interpretar las mamografías de los cribados», se congratuló.

«Estas pruebas se consideran una actividad asistencial no urgente, por lo que entre el 12 de marzo y el 19 de junio, dos días antes de la entrada en vigor del estado de alarma y dos días antes de su fin, se canceló el programa, como también lo hicieron el resto de las comunidades autónomas del país», justificó Contador.

Y ahora, mientras se recupera el tiempo perdido, está previsto que la periodicidad de las pruebas sea cada tres años en vez de cada dos e intentar á que vuelvan a ser bianuales a comienzos del verano que viene.

Sánchez-Contador, tras recordar que la pandemia aún está activa, explicó que todas las citas se inician de forma telefónica para evitar una mayor trasmisión y el temido colapso asistencial. «Se les recomienda que vengan solas o que sus acompañantes les esperen fuera, que traigan los menores abalorios posibles y les advertimos de que el tiempo entre paciente y paciente se ha alargado por la limpieza y medidas de seguridad que hay que adoptar», concluyó la responsable del registro revelando que alrededor de un 10% de las mujeres citadas no acude.