Nueve domingos y el Jueves Santo forman la lista de festivos de 2021 con apertura comercial autorizada acordada ayer entre Govern, patronales, sindicatos y consumidores por unanimidad, aunque con reticencias por parte de las grandes superficies, que son las únicas que realmente tienen limitada su actividad durante estas fechas, dado que históricamente han defendido que el mayor número posible de estas jornadas debería de corresponder al mes de diciembre, al ser el de más consumo por la celebración de la Navidad.

La lista definitiva consensuada por la Comisión balear de Comercio la forman el 3 de enero, domingo previo a la festividad de Reyes; el 1 de abril, Jueves Santo; el 2 de mayo; el 4 de julio; el 15 de agosto; el 5 de septiembre; el 31 de octubre; el 28 de noviembre, domingo posterior al Black Friday; y el 12 y el 19 de diciembre.

Cambios municipales

Se deja la opción a los ayuntamientos de sustituir el 3 de enero y el 4 de julio por otras dos fiestas, pero hay que tener en cuenta que el primero de estos días es el domingo anterior a la fiesta de Reyes, muy demandado para la compra de regalos, y el segundo suele ser el primer domingo de las rebajas de verano, aunque en los últimos años se han registrado avances en la fecha de inicio de esta campaña de descuentos.

Aunque el acuerdo se alcanzó por consenso, las grandes superficies aspiraban a incluir al menos tres festivos en diciembre, pero finalmente se acordó limitarlos a dos e incorporar el domingo posterior al Black Friday, demandado también por las primeras.

Hay que tener en cuenta que los sindicatos se han opuesto siempre a sobrecargar diciembre con aperturas, alegando que los trabajadores del sector también tienen derecho a conciliar con su vida familiar durante ese periodo del año.

Compensar el confinamiento

Otro de los puntos que generó discrepancias iniciales fue la pretensión de las grandes superficies de que se les compensara este año por los dos festivos con apertura autorizada perdidos al declararse el estado de alarma por el coronavirus, como fueron el 14 de marzo y el 9 de abril. Lo que se buscaba era obtener otras dos fechas alternativas.

Sin embargo, la propuesta contó con la oposición tajante del resto de componentes de la Comisión de Comercio, empezando por el propio Govern balear. Este rechazo fue criticado posteriormente por las grandes empresas, aunque se asume la decisión adoptada.