Antoni Castell es un vecino de Llubí de 64 años que afirma que gracias al dióxido de cloro consiguió recuperarse en pocos días de los graves síntomas que le ocasionó el coronavirus. Se trata de un paciente de riesgo, ya que tiene antecedentes coronarios, se ha sometido a una docena de intervenciones quirúrgicas, sufre problemas de circulación de la sangre y lleva un marcapasos. Se contagió a través del contacto con un vecino con el que estuvo vendimiando. Días después le comunicaron el contagio de esta persona, pero al principio no notó ningún síntoma.

Esos días había cogido un pequeño catarro, pero fue empeorando debido a que se mojó con el agua de la lluvia. «Mi mujer me recomendó que tenía que hacerme las pruebas del coronavirus. Fui a la clínica Juaneda y di positivo». Como su estado no era grave le enviaron a casa y le prescribieron paracetamol e ibuprofeno, además de indicarle que debía quedar confinado en su domicilio.

Siguió la recomendación médica, pero en vez de ir mejorando, cada vez se encontraba peor. Un viernes empezó a tener fiebre. Al día siguiente su temperatura superaba los 40 grados. «Además de la fiebre, apenas podía respirar. Me encontraba muy mal», detalla. A primera hora llamó al 061 para comunicar su estado y le indicaron que le llamaría un médico, pero no pudo esperar. Su familia ya avisó a una ambulancia, que le trasladó a la Policlínica Miramar, donde fue atendido mediante el protocolo de Covid-19.

Le llevaron a una habitación, pero seguía con fiebre alta. «Un familiar me aconsejó que tomara este producto porque me curaría y puedo afirmar que me ha curado». Dicho familiar le facilitó una botella de un litro de agua que contenía la cantidad justa de dióxido de cloro». Fue tomando una dosis cada 15 minutos durante dos horas.

Al día siguiente, que era lunes, se encontraba «mucho mejor», según afirma. Fue repitiendo el tratamiento y asegura que «el martes aún tenía restos de fiebre, pero el miércoles ya estaba perfecto. Casi estaba en condiciones de salir de la clínica». Aunque asegura que se sentía recuperado y que había superado el virus, permaneció un total de ocho días ingresado, porque le estuvieron controlando sus problemas coronarios.

No se arrepiente

Antoni Castell no se arrepiente de haber tomado este producto, aunque fuera al margen de la decisión médica. «En muchos pueblos de Mallorca se conoce el dióxido de cloro y mucha gente lo toma cuando sufre algún virus». Afirma, en contra de las recomendaciones de las autoridades sanitarias, que esta toma no le ha producido ninguna intoxicación, a pesar de las graves dolencias que sufre. «No he tenido ningún síntoma, yo ya estoy bien y le puedo asegurar que cuando ingresé me encontraba muy mal».

Ante la pregunta de si él aconsejaría a algún familiar o amigo que tome este producto si se contagia con el covid, no tiene ninguna duda: «Yo soy el ejemplo de que está funcionando. Cuando decidí probarlo no sabía si me curaría del virus, pero estaba seguro de que no me perjudicaría».