¿Recuerdan que cuando hay un gran quemado en las islas se le envía rápidamente a la unidad especializada del Vall d’Hebron? Pues bien, el servicio de Cirugía Cardiaca de Son Espases será el primer servicio médico de Balears que optará a formar parte del selecto y exclusivo club de los Centros, Servicios y Unidades de Referencia (CSUR) del Sistema Nacional de Salud.

Esta presentación fue adelantada a este diario por el director gerente de Son Espases, Josep Pomar, durante los actos de celebración de la primera década de existencia del hospital de referencia de las islas.

De todas las intervenciones que se hacen en el servicio se ha decidido postularse por la reparación compleja de la válvula mitral, operación en la que el sucesor de Oriol Bonnín, el actual responsable del departamento, José Ignacio Sáez de Ibarra, es una auténtica autoridad no solo en el ámbito nacional, sino mundial.

Este cirujano fue reclutado precisamente por el doctor Bonnín en el año 2003 para realizar estas complejas operaciones. Venía formado de París, «la meca de la reparación de la válvula mitral», asegura, y fue fichado para cubrir la demanda de este tipo concreto de intervenciones cardiacas. Desde hace seis años ejerce de responsable del servicio.

En la actualidad, hay cinco hospitales CSUR especializados en esta intervención en todo el país: el hospital general universitario de Valencia, el Clínic de Barcelona, el Gregorio Marañón de Madrid, el hospital universitario clínico de San Carlos, también en la capital, y, por último, el complejo hospitalario de A Coruña.

Todos ellos son CSUR desde el año 2010 excepto el clínico de San Carlos que entró en este exclusivo club en el año 2012.

Programa de formación

«Y nosotros íbamos a entrar con los primeros, pero nos faltaba tener un programa de formación para médicos residentes, uno de los requisitos que se piden. Se trata de un programa muy complejo en el que estuve trabajando durante cinco años», explica el cirujano Sáez de Ibarra que, aparte de esta carencia, sostiene que ya en esos años Son Espases tenía una mayor pericia en esas intervenciones que los hospitales finalmente elegidos.

Una vez solventada la carencia del programa de formación, la candidatura mallorquina padeció otros muchos retrasos debido a que durante un periodo de años no se abrió la convocatoria para que optaran otros servicios, los vaivenes políticos se tradujeron en la celebración de varias elecciones de manera consecutiva y, finalmente, apareció la pandemia de la covid-19.

Ahora que parece que esta vez es la vencida, Ibarra no duda en subrayar que ser un CSUR da una marca de referencia no solo a nivel nacional sino también europeo, continente en el que también existen estos centros especializados aunque, sostiene el cirujano, con un menor nivel que los españoles. «Los criterios para serlo son aquí más estrictos», abunda.

Las prótesis, más sencillas

Sobre la intervención en concreto, Ibarra explica que «lo más fácil es poner una prótesis que sustituya a la válvula mitral, pero estas prótesis pueden traer problemas. Son de metal y es preciso que el paciente tome anticoagulantes, pueden ser rechazadas por el organismo, provocar infecciones e incluso se pueden romper», explica las desventajas Ibarra contraponiéndolas con las ventajas que supone reparar la original: «El corazón se adapta mejor a ella y sufre menos».

Casi el doble

«Hay servicios que reparan el 90% de las válvulas que les llegan, aunque la media nacional está en el 38%. Nosotros reparamos cerca de un 88%. El corte que establece el ministerio de Sanidad para poder presentarse a ser CSUR en esta especialidad es de al menos 20 operaciones anuales. Nosotros hacemos entre 30 y 40, casi el doble», se enorgullece Ibarra.

Para poder formar parte de este club, los servicios candidatos deben contar asimismo con varios adjuntos con una pericia demostrada para acometer estas intervenciones. Y aquí el de Son Espases también supera este requisito con nota. Aparte del propio Ibarra, los cirujanos adjuntos Rubén Tarrío Fernández y Fernando Enríquez tienen esta capacitación para reparar satisfactoriamente estas válvulas.

Ya para concluir, Sáez de Ibarra revela que la patología de la válvula mitral cursa con una manifiesta falta de aire, cansancio y palpitaciones y, si no repara de forma temprana, «el corazón se agota, sufre más y el paciente puede manifestar arritmias e incluso fallecer por una insuficiencia cardiaca», acaba el cirujano recordando que, como casi todo en Medicina, cuanto antes se opere la disfunción, el pronóstico será mejor.