«¿Qué prefieres? ¿Que la punción lumbar te la haga a ti un alumno o que practique antes con este maniquí?». Esta disyuntiva la planteó el decano de la facultad de Medicina, Miquel Roca, durante la visita inaugural que las más altas autoridades de las islas cursaron ayer al nuevo centro de simulación de Son Espases. Inauguración que se enmarca dentro del décimo aniversario de la recepción del hospital de referencia de esta comunidad (el 10/10/2010), cuya efeméride se cumple mañana sábado. 

La presidenta del Govern, Francina Armengol, acompañada del president del Parlament, Vicenç Thomàs, de la consellera de Salud, Patricia Gómez, del rector de la Universitat de las Illes Balears, Llorenç Huguet, del director general del Servei de Salut, Juli Fuster, y del director gerente de Son Espases, Josep Pomar, entre otras autoridades, visitaron ayer las instalaciones del nuevo centro de simulación que han tenido un coste de 760.367,49 euros, entre las obras de construcción y la adquisición de la tecnología necesaria. 

«Se llama Apolo y es un modelo de muñeco avanzado que, como comprobarás, tiene pulso. Con él puedes simular todo tipo de patologías, desde una epilepsia a un infarto de miocardio, con el objeto de que los alumnos de Medicina, los médicos en formación (MIR) o los propios profesionales puedan continuar reciclándose y avanzando en su formación», explicaban Ana Cremades y Carolina Pérez, facultativas del servicio de Urgencias, médicas de familia de formación, que integran la unidad de docencia médica de Son Espases.

«Permiten realizar simulaciones del trabajo que más adelante se va a llevar a cabo en los quirófanos así como a manejar con más soltura y experiencia situaciones críticas», continuaron las dos formadoras. 

«Puedes hacer casi de todo. Desde simular la llegada de un accidentado de tráfico con dos piernas rotas y un traumatismo torácico hasta un parto», aseguraron estas dos profesionales orgullosas de contar con lo que denominaron como «maniquíes de alta fidelidad».

«Anestesia , Urgencias, Medicina Interna y todas las Cirugías», señalaron como los servicios médicos que más se han interesado por practicar en el centro de simulación inaugurado ayer y que ya, revelaron, tiene prácticamente reservados todos los días del próximo año para que estudiantes de Medicina, mires y facultativos en activo practiquen las situaciones asistenciales más complicadas sin perjudicar a un paciente de carne y hueso.

«Es una iniciativa líder que tiene mucho que ver con las tecnologías más avanzadas necesarias para mejorar la asistencia sanitaria y la eficiencia de nuestro sistema de salud», recalcó la presidenta Armengol.

El centro de simulación está situado en el módulo F de la planta -2 , muy cerca de las instalaciones de la Facultad de Medicina de la UIB. Tiene 240 metros cuadrados repartidos en dos aulas de formación, dos salas de simulación con las respectivas salas de control, una sala de debriefing en la que actores pueden ejercer de pacientes simulados para enseñar a los facultativos a afrontar todo tipo de situaciones, un laboratorio de habilidades y una consulta.

Si en la primera sala de simulación estaba Apolo, en la segunda se encontraba Maria a punto de alumbrar a su hijo Pau entre los ánimos de unas atentas comadronas. 

«Con Lucina (el nombre real del maniquí femenino, rebautizado como Maria solo para el parto de ayer) podemos experimentar de todo; que el bebé venga de cabeza, de culo, que se produzca una hemorragia postparto... Lucina es como Apolo pero con un plus. Porque es mujer y puede quedarse embarazada», concluyeron las sanitarias.