Ni un solo sector de la economía balear ha quedado a salvo del hundimiento en su actividad generado por el coronavirus, según se pone de relieve en el informe de coyuntura económica de la patronal CAEB. El sector servicios ha recibido el impacto más duro, con un descenso del 37,8% durante el segundo trimestre del año, e incluso la construcción, la menos perjudicada, ha sufrido un recorte del 20,9%. Los empresarios lanzan una advertencia adicional, y es que la situación no ha mejorado durante el verano.

Diario de Mallorca ya adelantó el pasado 26 de septiembre los datos generales de este estudio tras su presentación ante la junta de gobierno de esta patronal, señalando su estimación de que el conjunto de la economía de las islas había caído un 35,6% y las previsión es que la situación no había mejorado durante el tercer trimestre, hasta el punto de no descartar un descenso próximo al 40% durante el verano. Alguno de los asistentes a la reunión llegó a calificar de «película de terror» estos datos.

La CAEB hizo ayer público el conjunto de este informe de coyuntura, del que se desprende la dureza con la que la crisis generada por la covid-19 está afectando al conjunto de la economía de las islas. A las caídas antes señaladas de los servicios y la construcción hay que sumar el descenso del 23,6% de la industria.

Pero hay otros datos igualmente relevantes. La incertidumbre y el pesimismo de familias y empresas ha provocado que entre abril y junio (los primeros meses del estado de alarma y del confinamiento) el consumo se haya desplomado un 36,5%, mientras que la inversión lo ha hecho un 24%.

LAS CIFRAS

37,8% Caída del sector servicios

La paralización de la actividad turística ha convertido al sector servicios en el más duramente golpeado por la crisis de la covid-19.


20,9% Bajada en la construcción

Pese a ser la actividad menos golpeada, la construcción también registra una intensa bajada y entra en recesión.


23,6% Recorte en la industria

La industria muestra un fuerte recorte, tanto por la menor actividad de sus empresas como por el bloqueo en la entrada de suministros.

Una recesión sin precedentes

Dado que durante el primer trimestre del presente año los datos también fueron negativos, se confirma que en el segundo la economía balear entró en recesión, y como se ha indicado, sin expectativas de que el cierre del tercer trimestre haya supuesto una mejoría.

Según la presidenta de esta organización empresarial, Carmen Planas, además de ponerse en evidencia esta fase de recesión, los datos aportados «muestran una contracción económica que es histórica y sin precedentes».

Para empezar, el primer motor de la economía del archipiélago, como es el sector servicios en el que se enmarca la actividad turística, ha sufrido una «caída inédita», que ha dado pie a la mayor pérdida de empleos del conjunto de actividades empresariales. Hay que recordar que la covid-19 dio al traste con la campaña de Semana Santa e impidió el inicio de la temporada turística de verano, que solo a mediados de junio presentó la llegada de unos pocos visitantes alemanes de la mano de la prueba piloto diseñada por hoteleros y Govern.

La industria presenta el segundo recorte más acentuado, impulsado por el bloqueo del comercio internacional. En este aspecto se recuerda que no solo se frenó la actividad de las empresas de las islas, sino que además se paralizó la entrada de numerosos suministros. Hay que tener en cuenta que las tasas de crecimiento de este sector durante 2019 ya eran notablemente débiles al limitarse a un alza del 0,7%.

Como se ha indicado, incluso la construcción se ha visto abocada a la recesión, ya que durante el primer trimestre del año ya mostró un descenso del 5,8%, en ese momento el más intenso de la economía de las islas. En este caso, a la reducción de finales de obra hay que sumar el recorte que se registró en la licitación de obra pública. Su ventaja es que las empresas recuperaron la actividad con mayor celeridad que el resto de sectores, lo que le ha permitido también mostrar una destrucción de empleo mucho más moderada que la de otras ramas productivas.

Carmen Planas pone el foco sobre las enormes incertidumbres que la pandemia está generando respecto a la evolución económica y a la falta de expectativas de una mejoría, lo que ha provocado que se paralicen decisiones de gasto y de inversión por parte de los hogares y de las empresas, con fuertes descensos en ambos campos.

Hay que recordar que al aumento en las cifras del paro se suman las de los asalariados afectados por ERTE, lo que conlleva la pérdida de ingresos de muchas familias y un frenazo en la demanda de bienes duraderos, como se refleja en la rebaja en la matriculación de vehículos, y de bienes no esenciales, con una evidente pérdida de actividad en el comercio.

Mallorca con el menor recorte

Por islas, Mallorca es la que presentan la caída de actividad durante el segundo trimestre menos intensa, al situarse en un 34,8%, seguida del 35,7% de Menorca. El mayor impacto se ha registrado en Eivissa y Formentera, donde esta bajada se ha cifrado en un 40,1%.

A la vista de que los datos del tercer trimestre pueden ser incluso peores y de que Balears es la comunidad autónoma cuya situación se está viendo más deteriorada por la actual crisis, la presidenta de CAEB ha reclamado rigor sanitario para controlar la pandemia, que el Gobierno central sea generoso con las islas a la hora de repartir los fondos europeos y planes formativos para especializar a los trabajadores del archipiélago.

A la vista de este informe, el portavoz del PP en el Parlament, Toni Costa, ha declarado que las medidas del Govern se evidencian como insuficientes y que las que toma el Ejecutivo de Pedro Sánchez están llevando al país a la quiebra.