El 47% de los menores tutelados por el Consell de Mallorca se ha fugado entre dos y seis veces de los centros residenciales. Así lo revela la encuesta que ha realizado la comisión de expertos contratada por el Institut Mallorquí d’Afers Socials (IMAS) entre un grupo de adolescentes bajo la tutela de la administración. El objetivo de la muestra era analizar el sistema y poner freno a la explotación sexual de los adolescentes.

Las fugas de los centros es el principal problema que tiene el sistema. Cuando los menores salen de los centros y no regresan son susceptibles de caer en las redes de proxenetas que los explotan sexualmente. Los expertos, así como las fuerzas y cuerpos de seguridad, apuntan que la inmensa mayoría de menores abusados sexualmente lo ha sido después de una fuga.

El IMAS cuenta en 278 menores tutelados en edad adolescente que residen en centros especializados gestionados por entidades del tercer sector. Los expertos contratados por el Consell entrevistaron a 67 de estos menores para conocer los motivos de estas fugas. El 50,8% de los encuestados (34 adolescentes) aseguró que no se había fugado nunca. No obstante, el 47,8% (32 menores) admite que se ha fugado del centro entre dos y seis ocasiones durante sus estancias. Las fugas se producen al no regresar al centro residencial durante la hora establecida. Después de unas horas se deben activar los protocolos de lo que se conoce como salida no autorizada.

Los motivos de las fugas

El 50% de los menores encuestados que se han fugado en alguna ocasión de los centros tutelados afirma que lo ha hecho por el exceso de normas que les imponen, un 46,9% para quedar con amigos de fuera y el 43,8% por haber discutido con alguien del centro residencial. También admiten que han huido para divertirse. Tan solo un 11,3% asegura que el motivo de su marcha no comunicada es consecuencia de acoso o amenazas. Asimismo, un 17,9% de los menores de centros tutelados afirma que se ha fugado con la finalidad de ganar dinero.

La mayoría de los adolescentes encuestados (53,1%) afirma que cuando se fugó durmió en casa de un amigo o algún familiar. Sin embargo, un 15,2% lo hizo en la casa de alguien que acababa de conocer.

Los expertos también preguntaron a los menores por situaciones que ellos consideran peligrosas. Un 79,1% apuntó que enviar vídeos e imágenes en ropa interior o en situación sexual era la más peligrosa para ellos. Le sigue la de participar en sesiones fotográficas (64,2%). Un 58,2% advierte como peligro el quedar con desconocidos a través de las redes sociales o dormir en casa de alguien que apenas conoces.

El 65,7% de los jóvenes de los centros ha recibido información sobre la explotación sexual infantil y el 71,6% conoce a la perfección en que consiste.

Explotación sexual: Dinero, drogas, alcohol y regalos

Los adolescentes de centros tutelados que caen en la explotación sexual infantil -señala la encuesta- lo hacen por dinero, drogas, alcohol y para obtener regalos materiales. Entre las causas que les inducen a ello, un 67,2% señala el dinero, un 56,7% cree que es una forma fácil de obtener alcohol y drogas, y un 55% apunta a los regalos.

No obstante, un 49,3% de los menores consultados señala el enamoramiento de la persona que los mete en esta situación. Otro 49,3% apunta a amenazas y coacciones en caso de negarse a ser explotados sexualmente.