La segunda ola pierde fuerza, aprecia la conselleria de Salud. Y el portavoz del comité de enfermedades infecciosas, Javier Arranz, aportó ayer datos en los que sustentar esta apreciación.

Así, comunicó que los 66 nuevos contagios detectados en las últimas 24 horas con pruebas PCR, pese a suponer 29 casos más que la víspera, eran un buen dato que situaba además la tasa de positividad (porcentaje de nuevos positivos sobre el total de pruebas realizadas) de la jornada en el 3,38%.

Añadió Arranz que esta tasa se ha situado en los últimos siete días en el 5% de media, precisamente el porcentaje recomendado por la OMS para tener la pandemia controlada.

También se congratuló el portavoz de un descenso en el número de pacientes covid-19 ingresados tanto en planta como en las UCI. Resaltó en este punto que ayer había 253 personas hospitalizadas en planta, tres menos, y 59 en las unidades de críticos, con una rebaja de 5 pacientes frente a la jornada anterior.

Estos datos le permitieron mostrarse optimista «sobre la evolución global de la pandemia en las Islas» que, abundó, también se está notando en una paulatina normalización de la Atención Primaria. Así, el portavoz habló de unos centros de salud menos saturados en los que los médicos de cabecera recuperarán sus cupos de pacientes y estos podrán acudir presencialmente a las consultas en mayor medida.

Pero como hace siete días, Arranz diferenció la situación en el conjunto de la comunidad autónoma de la de cada una de las islas que la conforman. Menorca, que ayer tan solo registró 2 de los 66 nuevos positivos y únicamente tenía a 2 pacientes covid hospitalizados, ninguno de ellos en UCI, es un territorio prácticamente libre de la pandemia.

En Mallorca, continuó, la situación mejora claramente. Y en Eivissa, dentro de su peor evolución, «la situación se está estabilizando», dijo.

Diferenció no obstante el panorama de esta isla de su capital. La tasa de positividad media en los últimos siete días en la Pitiüsa mayor ha sido del 10%, el doble que la media del conjunto de Balears mientras que en Vila, en el mismo periodo, el porcentaje de PCR positivos ha sido superior, del 13%.

Menos restricciones

Preguntado el portavoz si, como ya han hecho en las barriadas de Son Gotleu, van a rebajar las restricciones en Arquitecte Bennàzar cuando están a punto de cumplirse los quince días de su vigencia inicial. Arranz se mostró cauto al señalar que la situación de estas barriadas había mejorado tras las restricciones aunque «de forma más lenta que en Son Gotleu».

El médico de cabecera señaló que la incidencia acumulada de casos en los últimos 14 días era de 246, pero que veníamos de una cifra de 500 a 600; que la tasa de positividad en la última semana se había situado en el 7,6%, pero que los siete días anteriores doblaba este porcentaje (15%), y que en los últimos siete días solo se habían notificado 42 nuevos positivos en las zonas afectadas por las restricciones de Arquitecte Bennàzar, cifra baja que no obstante comparó con las 17 nuevas infecciones detectadas en el mismo periodo en Son Gotleu.

«La situación va mejorando», concluyó a tenor de los datos aportados, aunque sin desvelar los intríngulis de un anuncio (el levantamiento de algunas restricciones) que no se producirá previsiblemente hasta mañana jueves. Por de pronto, hoy la consellera Patricia Gómez secundada por su directora general de Salud Pública, Maria Antònia Font, y la asesora Marga Frontera, explicarán como alivian la situación en Eivissa Vila y en Sant Antoni.

«Levantar restricciones es bueno para la sociedad, pero supone un riesgo. Intentaremos no levantar todas de golpe para evitar un rebote», marcó territorio el portavoz del comité.

Planteó Arranz que se podrían levantar restricciones perimetrales pero mantener las que afectan a horarios de cierre o de aforos de establecimientos. O de levantar prohibiciones en zonas con mejor evolución y endurecerlas en áreas puntuales donde se hayan detectado más contagios.

«Nos quedan un par de días para tener nuevos datos con los que afianzar nuestra decisión», concluyó el portavoz.La sangría en las residencias de ancianos no se detiene. Los dos nuevos fallecimientos comunicados ayer elevan el total de óbitos en estos establecimientos desde el inicio de la pandemia hasta los 145. Y 56 de ellos se han producido en una segunda oleada en la que las autoridades sanitarias deberían estar avisadas y alerta por la mortandad registrada en la primera.

Las dos nuevas muertes comunicadas ayer correspondían a la residencia Bell Entorn de Sóller y a DomusVi Capdepera. En el primero de los centros citados ese óbito es ya el número dieciséis de una serie que se inició poco antes de la intervención de la residencia, el pasado 20 de septiembre, acción que se ejecutó ya con el brote extendido de forma masiva y dos muertes acumuladas.

Arranz informó de que en el centro de la Vall persistía el contagio en 72 usuarios, 35 de los cuales estaban hospitalizados.

En la de Seniors Inca, intervenida también por Salud el pasado domingo y con ya un fallecimiento registrado este lunes, Arranz reveló que ayer tenía a 32 usuarios positivos.