La Audiencia Provincial ha condenado a tres años, nueve meses y un día de prisión a un hombre por intentar matar a su exmujer, estrangulándola con una cuerda en Palma. El acusado, de 68 años, atacó a la víctima, con quien seguía conviviendo pese a que su relación llevaba años rota, cuando iba a salir con unas amigas. “Como ya no me quieres, yo a ti te mato”, le anunció, según la sentencia. La víctima logró zafarse, mordiéndole, empujándole y golpeándole con la pata de una mesa. Los magistrados declaran al procesado autor de un delito de intento de homicidio, pero le absuelven de otros dos de malos tratos y coacciones.

Los hechos ocurrieron, según declara probado la sentencia, el 24 de agosto de 2019 en el domicilio donde vivían el hombre y la mujer, en la barriada de La Soledat. Poco antes de las nueve de la noche ella estaba arreglándose para salir con unas amigas. Él cerro todas las ventanas y puertas y cuando la víctima se marchaba, la abordó. Llevaba una cuerda enrollada en las manos con la que quiso estrangularla. El procesado le anunció varias veces que iba a matarla e intentó sujetarla por el cuello con la cuerda.

La mujer consiguió repelar la agresión. Mordió a su exmarido en un dedo y le dio un empujón para quitárselo de encima. Los dos cayeron sobre una mesa, que se rompió, tras lo que la perjudicada cogió una de las patas, se levantó y golpeó a su exmarido. Acto seguido, salió el rellano, adonde habían acudido varios vecinos alarmados por sus gritos. La víctima se refugió en casa de uno de ellos y llamó a su hija. El hombre, por su parte, contactó con su hijo. “Tienes que venir porque casi mato a tu madre”, le explicó.

Los magistrados consideran que el acusado pretendía matar a la víctima y que si no lo consiguió fue por su “escasa determinación y por la resistencia mostrada por la mujer”. La sala considera que estos hechos constituyen un delito de intento de homicidio con la agravante de parentesco, por el que le imponen tres años, nueve meses y un día de prisión. Deberá indemnizar a su exmujer con 500 euros por las heridas leves que sufrió y no podrá acercarse ni comunicarse con ella durante 12 años.

El tribunal de la sección segunda de la Audiencia considera probado también un episodio ocurrido una semana antes, el 17 de agosto. El hombre se presentó con una de sus nietas en una sala de fiestas a la que su exmujer había acudido con una amiga. Allí, le dijo que era una mentirosa por haberle dicho que iba a un cumpleaños. Las acusaciones calificaban este incidente como un delito de coacciones, pero la sala lo descarta. Los jueces no ven en él una intención de impedir a la mujer actuar libremente, sino una “disputa aislada en una pareja en proceso de extinción”, “consecuencia de las distintas sensibilidades en el entendimiento de las limitaciones que imponía la relación entre ellos”. La sala señala que, pese a que la mujer llevaba años durmiendo en otra habitación y su relación era de mera convivencia, el hombre no fue consciente “de la brecha que lo separaba” de la víctima hasta el día que fue en busca de ella a la sala de fiestas, episodio que le llevó a intentar matarla una semana después.

Los magistrados absuelven también al procesado de otro delito de malos tratos habituales. La mujer declaró en el juicio que él “era muy agresivo” y que las agresiones físicas y psíquicas fueron habituales durante las cuatro décadas que duró el matrimonio. Sin embargo, la sentencia señala que la víctima solo concretó un hecho, ocurrido cuando eran recién casados, y no se han acreditado otros actos de violencia física o psíquica. La sala explica que en los escritos de acusación solo hay “vagas acusaciones inconcretas” y que no se ha probado ninguna otra agresión física además del intento de homicidio.

El hombre, que estuvo en tratamiento en Proyecto Hombre por su alcoholismo, está preso desde el día en que trató de matar a su exmujer, cuando fue detenido por la Policía Nacional.