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Economía

Septiembre hunde a las empresas de alquiler de yates de Baleares

Los niveles de ocupación de la flota caen hasta el 5% tras una avalancha de cancelaciones y clientes que no se presentan

Imagen del pantalán de sa Llotja durante el pasado jueves, lleno de embarcaciones amarradas.

El mes de septiembre está suponiendo un cañonazo en la línea de flotación para las empresas de alquiler de yates de las islas, al caer su ocupación hasta tasas del 5%, según lamenta el presidente de la asociación de chárter náutico de Balears, José María Jiménez, que además vaticina unas consecuencias muy dolorosas para el sector, con una apreciable reducción de las firmas que la componen y, en el caso de las que queden en pie, con recortes en su flota de cara a la temporada de 2021.

Para estimar la situación en la que se encuentran estas empresas hay que tener en cuenta la parálisis que sufrieron, al igual que otros sectores, durante el estado de alarma, al que siguieron un junio “ruinoso” y un julio “muy malo”. Agosto supuso un cambio radical, con un fuerte aumento de la ocupación de la flota de yates de alquiler, que en algunos días alcanzó el 85% y el 90%, de la mano de un importante crecimiento de la demanda por parte de los residentes en Balears y de la clientela nacional. Sin embargo, ya el mes pasado se reconocía el temor existente ante lo que podía suceder en septiembre. Y los peores presagios se han cumplido.

José María Jiménez cifra la ocupación durante este mes en un 5% y pone como ejemplo la situación vivida durante los últimos días, con el pantalán situado frente a sa Llotja de Palma lleno de barcos amarrados sin salir a la mar por falta de clientes. Todo ello a pesar de que había empresas que tenían este mes lleno de reservas.

Lo que ha sucedido es que las cancelaciones han sido masivas, a lo que se ha sumado un fenómeno insistentemente señalado por los hoteleros durante este verano: el no show. Esta situación consiste en que el cliente ni siquiera se molesta en cancelar y simplemente no se presenta el día que debía de comenzar a navegar.

El presidente de la asociación balear señala que el problema radica en que Mallorca se sigue viendo como una zona “peligrosa” desde el punto de vista sanitario, y la clientela extranjera desiste de viajar. Y aunque los informes de alguna plataforma nacional de alquiler de barcos señalan a Balears como la zona preferida en estos momentos por parte de la clientela española, Jiménez recuerda que la demanda nacional se desploma tradicionalmente durante estas fechas al coincidir con el fin de las vacaciones de la mayoría de familias.

Sector a redimensionar

“Cinco semanas buenas en todo un año no van a ser suficientes para salvar a muchas empresas” del sector, lamenta su presidente, que pronostica “el cierre de un 20%, siendo optimistas, y de un 30% si somos realistas”.

Pero además, augura también un fuerte redimensionamiento de la flota balear de las firmas que queden en pie y puedan llegar al próximo año, con la venta de una parte de sus yates en el caso de las locales, y el envío a puertos de otros países del Mediterráneo de algunas de las embarcaciones propiedad de las compañías multinacionales del ramo.

Por ello, se vaticina que durante el próximo verano se va a dar una reducción de la flota de chárter náutico en el archipiélago.

4.000 embarcaciones

En Balears hay alrededor de unas 4.000 embarcaciones registradas para poder realizar chárter náutico de forma legal, en un momento en el que la demanda apenas cubre el 5% de la flota existente. De este grupo, cerca de 3.000 yates pertenecen a unas 200 empresas “con cara y ojos” que operan en las islas, según señala el presidente de la asociación del sector, José María Jiménez, y es en este grupo en el que se espera el ajuste más duro, al corresponder el resto a pequeñas firmas o a particulares que comercializan su barco en muchos casos como forma de conseguir unos ingresos adicionales. 

Eso implica que la previsión de esta patronal de que este año pueden quedarse en el camino entre el 20% y el 30% de las empresas del sector supone la posibilidad de que desaparezcan entre 40 y 60 de estas firmas, con la correspondiente reducción de la flota que opera en el archipiélago, incrementado este último punto por la estimación de que habrá compañías que van a recortan la cifra de sus barcos para 2021 con la venta de una parte de ellos.

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