Ha llegado el día. Pese a las dudas, pese a la incertidumbre y pese a muchas voces que habían pedido aplazarlo, el curso escolar ya ha empezado en Baleares. La segunda ola del coronavirus no ha impedido que medio año después los colegios vuelvan a abrir sus puertas para el inicio del curso académico. Con aparente normalidad, aunque a medio gas debido a la entrada escalonada organizada y con numerosas medidas de seguridad, como las mascarillas, los más pequeños han sido los primeros en cruzar hoy la puerta de los colegios de Baleares.

Con la entrada escalonada para evitar aglomeraciones el primer día y poder ir adaptándose a las nuevas medidas, hoy sólo han empezado el curso los cursos de infantil y en algunos casos los primeros cursos de Primaria, lo que ha dado imágenes con menor afluencia que el primer día de clase en otros años.

Los temores por parte de los padres y las dudas en la aplicación de las medidas por parte de los profesores marcan una jornada de la que lleva semanas hablándose. Los más pequeños han empezado prácticamente ajenos a la situación y solo aquellos ya más mayores lo han notado además de en todas las medidas, en el uso de la mascarilla, obligatoria a partir de los seis años.

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Empieza el curso en Baleares marcado por el coronavirus

El coronavirus ha marcado la planificación del curso 2020-21, no solo por el importante papel que tienen las medidas de prevención sanitarias sino ya desde el número de alumnos escolarizados. La cifra de alumnos matriculados, debido a la fallida temporada turística y la escasa llegada de trabajadores de otras comunidades y países, apenas se ha incrementado: este curso solo habrá 118 alumnos más en comparación con el curso pasado en comparación con los 2.000 estudiantes 'nouvinguts' que el sistema educativo sumaba cada año.

El conseller de Educación, Martí March, hizo ayer un llamamiento a la responsabilidad compartida con las familias, para que haya "coherencia" entre las normas de las escuelas y la vida de los niños y padres fuera. Respecto al posicionamiento público del Sindicato Médico, el Colegio de Médicos y todos los sindicatos de la enseñanza pública que abogaban por retrasar el arranque escolar, el conseller March defendió ayer como "una obligación moral" abrir las escuelas y ha considerado que tiene más riesgos no abrirlas. "Además, ¿retrasar el inicio de curso? ¿hasta cuándo", se preguntó: "No podemos permitirnos el lujo de no abrir, la institución escolar es necesaria para el crecimiento de los niños y de toda la sociedad", zanjó.