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Informe

El ABC del contagio: Aeropuerto, Botellón y Celebraciones

Los médicos en primera línea de laboratorios y hospitales coinciden en el peso de Son Sant Joan en la segunda oleada

El placer contagioso de las celebraciones en grupo.

El frente mallorquín de la covid concierta una propagación desatada con la estabilidad casi milagrosa de los ingresos hospitalarios y en UCI, el verdadero termómetro de la pandemia. Por contra, los fallecimientos empiezan a superar la media española. El martes llegó el primer paciente del coronavirus a la planta recién habilitada en el Hospital Virgen de la Salud. Sobre este tablero, quedan por establecer las causas de una segunda oleada tan intensa que ha cancelado a la inicial. Aquí, el ABC del contagio responde a las iniciales de Aeropuerto, Botellón y Celebraciones.

Los médicos en primera línea desde laboratorios y hospitales mallorquines coinciden en el peso desmesurado de Son Sant Joan en la propagación de la segunda ola, una vez que se aceptó un tráfico aéreo sin limitaciones. Estos profesionales sanitarios también otorgan una importancia medular al botellón salvaje que ha reemplazado al ocio regulado.

A de Aeropuerto

En la A de Aeropuerto, las imágenes de vuelos saturados, de amontonamientos en la terminal y de controles más que superficiales sostienen el peso aeroportuario en los contagios. Otro indicio es el decalaje entre el inicio de la segunda ola en Mallorca, respecto de Madrid y Barcelona. Las dos capitales fueron los focos del renacimiento del coronavirus, mientra enviaban a centenares de pasajeros diarios a Son Sant Joan. Curiosamente, Díaz Ayuso emplea el mismo argumento de la propagación por Barajas, aquí a favor de la comunidad madrileña.

El Reino Unido y Alemania no dejaron de volar a Mallorca, sino a la isla donde se viajaba masivamente desde Madrid y Barcelona. Los tímidos intentos de Francina Armengol para aumentar los controles en vuelos nacionales fueron infructuosos. Ahora mismo, treinta países del mundo recurren a la PCR a cada pasajero descartada en España. La relación incluye a Italia, potencia turística mundial. El Reino Unido impone cuarentenas pese a la furia de las compañías aéreas, La Moncloa eligió la liberalización salvaje. 

La salida del aeropuerto al inicio de la temporada turística B. Ramon

B de Botellón

En cuanto al Botellón, es probable que el ocio nocturno con licencia hubiera derrapado hacia cifras de contagio escandalosas, de guiarse por la infección masiva en la discoteca Billionaire que gestiona Flavio Briatore en la vecina Cerdeña. Sin embargo, las aglomeraciones playeras autorizadas implícitamente hasta finales de agosto han contribuido a que Mallorca tenga ahora mismo los peores datos de Europa.

No todos los médicos acompañan la evidencia de que el botellón juvenil aumenta los contagios con una satanización de sus protagonistas. Eric Caumes, jefe de infecciosas del hospital parisino de Pitié-Salpêtrière, denuncia que “encima se les prohíbe hacer fiesta, aunque la hacen de todas formas. Parto de la constatación de que, de todas formas, los jóvenes se comportan así y de que las autoridades, a pesar de algunas fanfarronadas, no podrán frenarlos”.

Una redada ocasional en un botellón desatado.

C de celebraciones

El peso de la C de Celebraciones, Cenas y Conmemoraciones viene avalado por otras Cs, el Comité de Crisis de Son Espases. En sus acuerdos del pasado lunes se reseña terminante que “en estos momentos, el foco de riesgo más importante se encuentra en la comunidad y, en particular, en las reuniones familiares, en las Celebraciones y en los encuentros de grupos. Por dicho motivo, también se insiste al personal del Hospital que difunda entre sus allegados la alerta sobre dicho hecho y también que eviten, siempre que sea posible, su participación en actividades que representen un riesgo de contagio”. La preocupación se extiende más allá de la peripecia individual, “por la especial responsabilidad que se contrae como personal sanitario”. 

Al igual que sucede con el tránsito de las discotecas a los botellones, la supresión generalizada de fiestas patronales y grandes certámenes veraniegos ha cursado con una diseminación de las Celebraciones familiares o grupales. Las reuniones al aire libre disminuyen el riesgo de contagio, pero las efusiones se pagan en la versión dramatizada de los nietos infectando a sus abuelos. El doctor Caumes compagina su aceptación de la efervescencia juvenil con la necesidad de no mezclarlos con sus familiares de edad. Y la pregunta final del ABC es cuándo ocurrirá la normalización de una pandemia con final feliz, en los centenares de altas diarias que concede Balears.

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