"Si pasan ocho días para que te hagan la prueba significa que no se están haciendo bien las cosas". De esta forma tan contundente analizó la situación de los test Omera Redondo, una de las personas que acudió al centro habilitado de Son Dureta para someterse a una prueba PCR. Tras el repunte de casos en las islas, ya inmersas en una segunda oleada del virus, el Govern está buscando nuevos espacios para llevar a cabo más test y frenar la subida de positivos.

Uno de estos nuevos escenarios es el antiguo hospital de Son Dureta, que durante estos días realiza pruebas PCR a los habitantes de las islas. Asimismo, se recogen alrededor de 4.000 muestras al día en los diferentes hospitales públicos de Balears. El objetivo es descubrir lo más rápido posible quiénes son positivos para así aislarlos y evitar contagios.

Sin embargo, algunos ciudadanos se quejan de que el verdadero problema está relacionado con los rastreadores y la poca detección de contactos estrechos. "Fuimos seis personas las que tuvimos contacto estrecho con un positivo y fuimos nosotros los que llamamos al PAC porque no nos contactó nadie", aseguró Luisa, a la salida de este centro habilitado. Balears cuenta ahora mismo con alrededor de 190 rastreadores, aunque Salud prevé incorporar 50 más en las próximas semanas. Según explicó la consellera Patricia Gómez, la comunidad se acercará a los 250 rastreadores, la media recomendada según la ratio de un rastreador por cada 5.000 habitantes.

Falta de rastreadores

Unas cifras que de momento no son suficientes desde la perspectiva de Verónica, otra de las personas que acudieron al antiguo hospital de Son Dureta a hacerse la prueba: "Mi hermano dio el número de teléfono de toda la gente con la que estuvo en contacto y nadie recibió la llamada, sólo mis padres. De sus amigos nada". Algunos van un paso más allá y piden que el rastreo esté presente en todo el proceso de las pruebas. "El protocolo funciona mal porque a nosotros en ningún momento nos han preguntado quién es la persona con la que tuvimos contacto y así cerrar el círculo", informó Toni.

Desde otro punto de vista, hay ciudadanos que sí recibieron el aviso por parte de los rastreadores, como es el caso de Lorenzo. "Mi madre dio positivo y ayer me llamaron desde el ambulatorio para avisarme de que era un contacto estrecho, y por tanto, me tenía que hacer la prueba".

Colapso en los centros

Otro de los aspectos que están en el punto de mira es el colapso que existe en los diferentes centros sanitarios, incapaces de dar respuesta a todas las demandas. Los residentes se quejan del largo periodo de tiempo que transcurre desde que los centros tienen conocimiento del contacto de un individuo con un positivo hasta que le dan cita para hacerse la prueba. "Desde que llamé por primera vez para avisar que tuve contacto con un positivo hasta que me he hecho la prueba han pasado ocho días", expresó Omera.

Un hombre aguarda a la entrada del PAC de Son Gotleu.

Una realidad que también vivió Manuel. "Mi mujer dio positivo y me avisaron una semana después para hacerme la prueba. Durante esa semana no me acerqué a nadie para no contagiarles, pero otro a lo mejor piensa que no tiene el virus y sale a tomar una cerveza. ¿A cuánta gente puede contagiar esa persona?", criticó.

Esta saturación en todos los centros de salud de las islas está provocando que, a aquellas personas que han estado en contacto con positivos no se les realice la prueba inmediatamente, pero sí les obliguen a estar aislados. Así, muchos están teniendo problemas con sus empresas porque estas les piden la baja médica pero no se la pueden entregar.

Así lo explicó Alejandro Amengual, quien estuvo en contacto con un positivo pero todavía no se ha podido hacer la prueba porque su PAC [el de s'Escorxador] está desbordado. "Los médicos y las enfermeras no dan a basto, están saturados. Es una sensación de impotencia porque se está viendo que a mucha gente le ponen problemas por no presentar la baja en su trabajo, pero es que los centros les piden que se aíslen. Es un desastre".

Diferentes protocolos

En relación a las recomendaciones y los pasos a seguir tras someterse a la prueba, también existe cierta incertidumbre en algunas personas, que exigen a los centros sanitarios un protocolo más claro y uniforme para todos. "Estamos indignados porque a mí me han dicho que tengo que estar diez días aislada aunque dé negativo en la prueba, mientras que el mensaje que han recibido otras amigas es que con un primer negativo pueden hacer vida normal, simplemente basta con que mantengan las distancias", afirmó Luisa. Un argumento que apoyó Amengual: "No entiendo la falta de coordinación entre los diferentes centros sanitarios. No puede ser que en algunos haya lista de espera y estén desbordados y en otros no tengan ningún problema para dar cita".

Pruebas en centros privados

Ante este nivel de colapso en los centros públicos, algunos ciudadanos optan por hacerse el test en clínicas privadas para obtener los resultados más rápido. Según los responsables del laboratorio de Clínica Rotger y el Hospital Palmaplanas, la demanda ha crecido. "Hacemos la prueba de forma prácticamente inmediata. Se ha incrementado la demanda, lo cual encaja con la recomendación de la OMS de realizar el mayor número de test", sostuvieron. Además, explicaron que trabajan en coordinación total con Salud. "La Conselleria recibe la información actualizada diariamente. El protocolo es el mismo, ya sea en el centro público o privado".