El brote de coronavirus detectado entre al menos tres profesionales sanitarios -un médico, una enfermera y un administrativo-del centro de salud Ses Roques Llises de Vilafranca de Bonany, que ha venido acompañado del aislamiento preventivo de otros ocho profesionales del mismo centro, contactos estrechos de los positivos iniciales, ha obligado a cerrar hasta cuatro unidades básicas de salud dependientes del centro de salud madre de Vilafranca, circunstancia que afectará a unos 16.711 usuarios de esos dispositivos asistenciales.

Según figura en la web del IB-Salut con datos correspondientes a 2019, el centro de salud de Vilafranca así como sus unidades básicas de salud adscritas de las localidades de Porreres, Ariany, Montuïri, Petra y Sant Joan atendían en ese ejercicio a un total de 16.711 tarjetas sanitarias individuales.

El pasado lunes, tras comunicar la existencia de este brote, el Servei de Salut anunció una reestructuración de personal para, al menos, mantener la operatividad en el centro de salud madre y en al menos una unidad básica de salud, la de Porreres.

La Gerencia de Atención Primaria (GAP) de Mallorca lamentó las molestias ocasionadas a la población de estos municipios y pidió que antes de acudir a uno de los centros sanitarios de esta zona básica de salud los usuarios llamen al centro de Vilafranca (971 560 750) o a la UBS de Porreres (971 166 649) para que les informen a qué dispositivo deben acudir.

Por otra parte, CCOO ha registrado un escrito dirigido a la GAP en el que alerta que los recortes de personal en los servicios de admisión de los centros de salud, donde asegura que se ha contratado a uno o dos trabajadores para sustituir bajas y vacaciones, unido al "gran incremento" de la atención telefónica está provocando "una sobrecarga de trabajo inasumible".