No hay mercado emisor que no se haya resentido el verano de la pandemia y entre ellos el nórdico está especialmente perjudicado. Desde el sector se lamenta la situación vivida con el turismo de Noruega, Suecia, Finlandia o Dinamarca hacia Mallorca. En este último caso TUI, al igual que ha hecho con el Reino Unido, ha paralizado la oferta de viajesha paralizado la oferta de viajes, después de que el Gobierno danés haya llamado a evitar desplazamientos innecesarios a España, incluyendo a Balears.

En las últimas temporadas ya Mallorca venía registrando caídas preocupantes en el mercado nórdico, el cuarto en importancia tras el alemán, el británico y el español. Es uno de los más relevantes porque los turistas hacen un gasto elevado por su alto poder adquisitivo.

El año pasado llegaron a Mallorca cerca de 730.000 nórdicos, según los datos facilitados por el Instituto de Estadística de las Illes Balears, que recogen los del INE, y otros 50.000 al resto del archipiélago. La isla de la calma era su destino favorito.

Como subrayan desde el sector turístico mallorquín, Noruega, Suecia o Dinamarca era una alternativa en la que se confiaba este verano después del pinchazo que ha supuesto el veto del Reino Unido al archipiélago. "Están siendo muy estrictos y no están trayendo a nadie", se lamenta.

Dinamarca ha sido el país más duro de los mercados nórdicos al anunciar la semana pasado que desaconsejaba los viajes no imprescindibles a España debido al aumento de contagios de covid-19, aunque no ha impuesto ninguna cuarentena. El umbral máximo fijado por las autoridades danesas es de 30 casos por 100.000 habitantes, superado por España hace días.

Según las comunicaciones que han tenido los hoteleros a través de sus socios de la turoperación, al menos hasta el 31 de agosto los viajes a Balears quedan suspendidos.

Los suecos, sin restricciones

Por otro lado, los noruegos están obligados a guardar una cuarentena de diez días a su regreso de los destinos españoles. Y en el caso de Finlandia las restricciones de viaje se han fijado por un tiempo indefinido.

El único país nórdico que no ha fijado límites al turismo es Suecia, quizás siguiendo su política de no aplicar medidas estrictas frente al coronavirus y dejar que sus ciudadanos decidieran si se protegían o no, lo que ha llegado a que su tasa de mortalidad se haya disparado durante la pandemia frente al resto de naciones escandinavas.

En general, por lo que ha optado TUI con los mercados nórdicos es ir prescindiendo de los vuelos que tenía previstos a Balears y va alargando las prórrogas iniciales. Es decir, la misma política que con el Reino Unido, aunque en ese caso las directrices han venido marcadas por el Gobierno británico al incluir a España y sus archipiélagos entre los países a los que solo se recomienda viajes esenciales, no los turísticos, so pena de guardar cuarentena.

Vergüenza de volar

La patronal hotelera mallorquina ha estado alertando desde hace tiempo que la isla estaba perdiendo fuelle entre los viajeros nórdicos. Antes de que la crisis sanitaria llevara al turismo al estado más crítico que ha vivido nunca, los vecinos del norte empezaron a cambiar sus hábitos de viaje. Fueron los primeros en abrazar el movimiento de la vergüenza de volar. El término que se acuñó para denominar a esa nueva tendencia que puso los pelos de punta a la industria aérea es sueco: flygskam, que literalmente significa vergüenza de volar y lleva a optar por medios alternativos de transporte para reducir la huella de carbono.

Los escandinavos hasta el año pasado, a pesar del cambio de tendencia a la baja, han mantenido una relación fluida con la isla, afianzada por contar con segundas residencias y ser grandes inversores. En 2019 de Suecia llegaron más de 600.000 pasajeros, de Dinamarca cerca de 500.000, de Noruega, unos 290.000 y de Finlandia se superaron los 100.000, según Aena.