El coronavirus ataca también a los operativos contra incendios. La base aérea de Son Bonet, en Marratxí, se ha adaptado a la nueva normalidad con las indicaciones que han recibido por parte de las autoridades sanitarias. Por ejemplo, mantener la distancia de seguridad, implantar medidas de higiene, usar mascarillas o cambiar la distribución de los medios aéreos para que no se concentren muchas personas.

El conseller de Medio Ambiente y Territorio, Miquel Mir, visitó ayer las instalaciones del aeropuerto, una de las cuatro bases de los medios aéreos con los cuales cuenta el departamento que dirige. Según relató el conseller, el operativo contra incendios es “un servicio esencial”, de modo que no se puede reducir el número de operarios en los helicópteros para poder hacer efectivo este trabajo y dar una respuesta rápida ante un aviso de fuego.

“Estábamos en una situación compleja, porque es un operativo que, ya de por sí, su principal actividad es garantizar la seguridad de la ciudadanía y de los bosques, pero obviamente tuvimos que adaptarnos a todas estas nuevas circunstancias”, explicó Mir.

Otra medida de seguridad más indirecta, pero igual de importante, ha sido disminuir la posibilidad de haya incendios forestales provocados por el hombre, ya sea accidentalmente o provocado. Para ello, este año, a parte de prohibir las quemas forestals, también se han prohibido dentro de los primeros 50 metros que hay entre el suelo forestal y el agrarios.

De esta manera, con esta franja de seguridad se evitan accidentes ocurridos años anteriores: quemas forestales descontroladas con un acceso muy rápido a la masa forestal, pues hasta el año pasado, la línea divisoria era directamente esta masa.

Tras la aplicación de todas estas medidas, si presentan un grado positivo de eficiencia, son “grandes candidatas para quedarse”, señaló el conseller. “Al fin y al cabo, uno de los objetivos básicos de la conselleria de Medio Ambiente, en primer lugar, es prevenir los incendios forestales, y en segundo lugar, gestionarlos y extinguirlos”, añadió. Por lo tanto, cualquier medida de prevención, sobre todo en zonas de superficie urbano forestales, perdurarán en el tiempo si son beneficiosas.

Balance positivo

A pesar de que Balears es una zona “frágil” en cuanto a riesgo de incendios, las cifras de este año señalan que está siendo una temporada positiva. El conseller explicó que el confinamiento de los últimos meses ha sido una de las causas de esta disminución de incendios, pues se ha reducido la presión humana en el medio.

Mir detalló que este año se han declarado 37 conatos y 5 incendios con un total de 33,3 hectáreas afectada. Esto supone una reducción del 67% respecto al año anterior. A día 6 de agosto de 2019 se registraron, 100,32 hectáreas afectadas por 75 conatos y 7 incendios forestales.

Sin embargo, el conseller advirtió que “la estadística puede cambiar en un espacio temporal muy corto, de un día para otro”, de modo que ha hecho un llamamiento a la “responsabilidad ciudadana”. Mir instó a la población a “no bajar la guardia”, sobre todo en este mes de agosto, cuando el riesgo de incendio es más elevado debido a que se dan las temperaturas óptimas para que se produzca un fuego.

El conseller de Medio Ambiente recalcó la importancia de “la autoprotección y autodefensa y de intentar evitar cualquier negligencia o imprudencia que pueda generar estos acontecimientos”.

Asimismo, Mir agradeció el trabajo del operativo antiincendio, que es “ejemplar por su profesionalidad y su eficiencia”. El operativo es interinsular, es decir, que todos los medios aéreos y terrestres se pueden mover en función de las necesidades de las diferentes islas.

Desde Ibanat, se ha incrementado el material del operativo. Por ejemplo, se han adjudicado nuevas botas y EPIS para el personal y se han adaptado todas las bases y protocolos para cumplir con las medidas de seguridad y evitar contagios.

Nuevos modelos de helicóptero Las brigadas helitrasportadas hicieron una demostración de cómo actuarían con los helicópteros en caso de recibir una alerta por incendio utilizando el nuevo modelo B3. El piloto y director de operaciones de la empresa que tiene la licitación de estas aeronaves, Albert Castelló, señaló que este año la novedad es que “en vez de haber uno grande, hay dos pequeños, los B3”. Se trata de unos helicópteros “muy modernos y con una salida muy rápida”, comentó Castelló.

De esta manera, este año se trabaja en parejas, lo que aporta ventajas como tener “una cadencia de lanzar agua más corta”. Cada helicóptero B3 tiene la capacidad de lanzar un total de 1.000 litros de agua, es decir, 2.000 litros entre las dos aeronaves. Esto supone una visible mejora, pues al trabajar anteriormente con un solo helicóptero, solo se lograba lanzar 1300 litros.

El número de personal en el helicóptero es el mismo, pero se distribuyen en las dos aeronaves. Cuando reciben el aviso de incendio, los operarios acuden a la zona y recogen el agua en los puntos de abastecimiento. “Cada año hacen algún punto nuevo, pero en principio hay suficiente distribución. Hay zonas que hay menos, y acabas yendo al mar o piscinas, si la cosa es muy seria, pero intentamos ir a safareigs o a bases del propio Govern”, detalló el piloto Castelló.

El agua se recoge con una gran bolsa que cuelga del helicóptero. Al ponerla sobre el agua, se sumerge gracias a unos contrapesos que se inclinan, y en cuestión de 15 o 20 segundo hace la extracción.

En las operaciones contra incendios en Balears trabajan un total de 350 efectivos de la conselleria de Medio Ambiente, que forman parte del Ibanat, de la dirección general de Espacios Naturales y Biodiversidad y el cuerpo de los agentes de medio ambiente.

A parte, también hay otros organismos que participan directa o indirectamente dentro de la extinción de incendios forestales, como son la dirección general de Emergencia, el 112, Protección Civil, el ayuntamiento de Palma y el cuerpo de los bomberos insulares.