Con la crisis provocada por la Covid, políticos y entidades no dejan de hablar de la necesidad de cambiar el modelo productivo en el archipiélago para no tener que depender tanto del turismo. Se llenan la boca proponiendo impulsar el I+D y otros sectores punteros con el fin de conseguir trabajos mejor cualificados. Sin embargo, los investigadores que ya hay en las islas se las ven y se las desean para sacar adelante sus proyectos, como denunció en este diario el Centre Oceanogràfic y sucede también en el Banc de Sang i Teixits de les Illes Balears. Este organismo dependiente del Govern no solo se dedica a extraer sangre a los donantes que acuden a su sede o las unidades móviles, sino que tiene en sus laboratorios profesionales de gran valor que reclaman refuerzos para no tirar por la borda lo logrado en más de una década de trabajo.

Es el caso de una investigación del Banc de Teixits con células madre mesenquimales extraídas del cordón umbilical. Permitirían tratar a pacientes graves de Covid, la artritis, artrosis articular, fístulas en la enfermedad de Crohn y las patologías inflamatorias en general, como enumera el director, Antoni Gayà. Sin embargo, "para el uso de estas células madre se necesita la autorización de la Agencia Española del Medicamento, que nos exige un investigador más, como mínimo". Solo hay dos para este fin, que además ejercen el trabajo asistencial que requiere cada día la entidad, por lo que pueden investigar "en los ratos libres". Hasta ahora, han contado con el refuerzo de la bióloga María Mariño, que llegó con el programa del SOIB Joves Qualificats, aunque son contratos temporales sin continuidad.

"Hubiéramos podido finalizar mucho antes el proyecto si tuviésemos los medios adecuados, sobre todo en cuanto a personal. Necesitamos gente dedicada de forma exclusiva", reclama Gayà. "Tenemos datos que demuestran que incluso es rentable económicamente, que con la contratación podríamos ahorrar dinero, pero no les debe de parecer suficiente", critica sobre la falta de interés real de la administración pública por esta investigación.

Por tanto, "pueden pasar años hasta que finalice, sin importarles que no es solo un proyecto para aportar conocimiento a la ciencia, sino que tendrá repercusión en el tratamiento de los pacientes", tal como recuerda el director. Es la vía en la que están trabajando los bancos de tejidos de diferentes comunidades. "Si nosotros no lo hacemos, el de Balears se quedará obsoleto, siendo como somos en la actualidad uno de los bancos de referencia a nivel nacional".

La subdirectora del Banc de Sang, Teresa Jiménez, acaba de finalizar un innovador proyecto sobre plaquetas criopreservadas que sí ha llegado a buen puerto, porque han conseguido validarlo gracias a la bioquímica Natalia Torres, que también proviene de la segunda promoción de Joves Qualificats del SOIB. Y ahora se tiene que marchar debido a que el contrato ha terminado, por lo que el departamento de Jiménez se suma a la precariedad que sufre el de su colega Antoni Gayà. "Si queremos investigar, innovar, es obvio que se necesita personal dedicado exclusivamente a ello con el objetivo de crear cada vez mejores productos para nuestros pacientes", afirma. Con el ejemplo de su propio caso muestra que la situación actual no es la idónea: "Hace un momento estaba con un donante, una compañera me ha llamado para una consulta, tengo que elaborar un informe y seguir con el trabajo asistencial". Tantas ocupaciones rutinarias le dificultan encontrar tiempo para la investigación.

"Puedes tener ideas brillantes, pero si careces de los medios para llevarlas a la práctica, de alguien que las ejecute, no sirven de nada", añade la responsable del Banc de Sang. Esta fundación pública de la conselleria de Salud del Govern "tiene un gran potencial, permite iniciar muchos proyectos, pero choca con la barrera de la falta de personal", lamenta. E incide en la tesis del ahorro que supondría la innovación, ya que "solventa un problema poniendo en práctica conocimientos previos".

Jiménez aguarda como agua de mayo una tercera convocatoria del programa Joves Qualificats, impulsado hace dos años por el SOIB (Servei d'Ocupació de les Illes Balears), aunque estamos a mediados de 2020 y aún no se ha anunciado. "Hemos tenido una muy buena experiencia, tanto en esta edición como en la anterior. Quienes han pasado por el Banc de Sang han dejado su impronta contribuyendo a la creación de un nuevo producto para estas islas", dice en referencia a las plaquetas criopreservadas. La investigadora Natalia Torres ha participado en el final del proceso y, aunque no pueda continuar en el proyecto, al mirar atrás recordará que puso su importante granito de arena para ayudar a muchos pacientes.