La crisis generada por el coronavirus ha provocado en Balears la mayor destrucción de empleo de su historia. La Encuesta de Población Activa (EPA) conocida ayer señala que durante el segundo trimestre de este año el número de personas con un puesto de trabajo se situó en las islas en 512.200, lo que supone 66.500 menos respecto a las mismas fechas de 2019, es decir, una caída del 11,5%, prácticamente duplicando el descenso del 6% de la media española. Según se apuntó desde la conselleria de Trabajo, no existen precedentes de una situación similar.

Con un aspecto adicional: si se analizan las horas trabajadas, el recorte es todavía más notable, y alcanza el 12,3% en el archipiélago, muy por encima del 4,8% de la media nacional.

Por lo que se refiere al número de parados, la EPA lo sitúa en Balears en los 97.100, 17.200 más que hace un año, con un incremento del 21,5%, cuando en el conjunto del Estado esa subida ha sido de un 4,2%.

Un dato a tener en cuenta: estas cifras hubieran sido todavía más negativas de no ser porque la mayor parte de los fijos discontinuos han podido incorporarse a los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE), lo que les ha garantizado poder percibir una prestación por desempleo y no figurar como parados, a diferencia de lo que sucedía en 2012, cuando se optaba por despedir a los trabajadores, según puso de relieve el conseller del ramo, Iago Negueruela.

Precisamente en relación a este tema, el conseller esgrimió la necesidad de que los ERTE puedan prolongarse hasta octubre o noviembre para los fijos discontinuos, y que posteriormente se les garantice una prestación por desempleo, de forma que puedan disponer de unos ingresos hasta el inicio de la temporada del próximo año en marzo. En este sentido, subrayó que se está reclamando esta medida al Gobierno central, con un esfuerzo similar el que se hizo en otras zonas del país cuando se pusieron en marcha la reconversión de algunos sectores industriales.

Porque de no ser así, Iago Negueruela advirtió del riesgo de que se genere una "crisis social sin paliativos" en las islas, que de momento se ha evitado gracias a la apuesta que Balears hizo por los ERTE y el respaldo obtenido por parte del Ejecutivo estatal, que ha supuesto una inyección millonaria en ayudas públicas para los empleados de las islas, según subrayó el conseller.

Pese a ello, no ocultó que la situación del mercado laboral del archipiélago es "durísima", con la confirmación de que se trata de la comunidad autónoma que más se ha visto golpeada por la crisis de la Covid-19, como lo refleja el hecho de presentar la caída interanual del empleo más acentuada de toda España, y el tercer aumento del paro más importante, solo superado por el 45,1% de Cantabria y por el 26,3% de Navarra.

Todo lo expuesto supone que la tasa de paro de Balears se situó durante el segundo trimestre de este año en un 15,9% (casi tres puntos más que la de 2019), colocándose ya por encima de la media española del 15,3%.

Tasas de protección

Frente a la gravedad de las cifras antes señaladas, un aspecto en el que incidieron el conseller y el director general de Empleo, Llorenç Pou, es en que esta crisis se ha afrontado con una tasa de protección de los parados muy superior a la de años anteriores, ya que 38.400, es decir, el 39,6%, han podido cobrar una prestación.

Esta mejoría se ha producido gracias a la extensión de los ERTE, junto a otras iniciativas como las ayudas para parados a partir de los 52 años.