La ausencia de turistas (junio marcó el inicio de su llegada a cuentagotas con el plan piloto) y el recorte en el consumo que han aplicado los residentes debido a la crisis desatada por el coronavirus explican que el comercio minorista y la restauración aparezcan en el listado de actividades con mayores descensos en el número de empresas de alta al optar muchas de ellas (especialmente en las zonas del litoral) por no abrir.

En el caso de comercio minorista, la cifra de negocios en activo al cierre de junio fue de 5.797, con un evidente desplome frente a los 7.127 del mismo mes de 2019 y, lo que es igualmente significativo, de los 7.410 de 2012.

Debilitamiento constante

Eso refleja que se trata de una rama de actividad empresarial que no ha conseguido recuperar las cifras previas a la crisis de 2008 y que ha mostrado un debilitamiento constante, que desde las patronales sectoriales se achaca al peso de las grandes superficies y a la creciente cuota de mercado que está quedando en manos de las plataformas digitales.

La restauración también muestra una patente evolución a la baja a causa de la Covid-19, ya que las 6.552 empresas de alta durante el mes pasado presentan un claro descenso en relación a las 7.742 de 2019, y también de las 7.141 de 2012, aunque en este caso se refleja que esta actividad sí estaba consiguiendo mejorar sus cifras durante los últimos años respecto a la crisis anterior.

En relación a las empresas vinculadas a los servicios de alojamiento, durante el pasado junio se alcanzaron las 1.925 altas, también por debajo de las 2.404 del pasado año, pero en este caso por encima de las 1.749 de 2012, muestra de la expansión de la actividad turística durante las últimas temporadas.