Los médicos de Atención Primaria, desbordados por las crecientes peticiones de sus pacientes de certificados que les eximieran de una ya oficialmente anunciada obligatoridad de tener que llevar la mascarilla por la vía pública, muchas veces escudándose en inventadas situaciones de falta de oxígeno, reclamaron al Servei de Salut una directriz clara sobre cómo actuar en este asunto.

Los facultativos estaban preocupados por tener que asumir la decisión, y las posibles consecuencias que se derivaran de ella, de firmar un documento en el que autorizaran a la población más vulnerable a poder circular sin ese elemento protector.

"Si autorizamos a un paciente con un asma grave o una EPOC avanzada a circular sin mascarilla y se contagiara y falleciera a consecuencia de ello, ¿en qué situación quedaríamos?", se preguntaban los médicos de cabecera.

Como respuesta a esta demanda, al Servei de Salut no se le locurrió otra cosa que promover una autodeclaración responsable firmada por el propio paciente en la que este declararía padecer algunos de los trastornos consignados en la misma, enfermedades sobre las que parece que hay evidencia científica de que el uso de la mascarilla puede resultar perjudicial.

No para "empoderar"

Pese a que Eugenia Carandell, directora asistencial del IB-Salut, aseguró en declaraciones a Diario de Mallorca que esta iniciativa respondía a un deseo de "empoderar" a la ciudadanía sobre las decisiones médicas que se toman sobre ella, un chat de facultativos de un centro de salud desmiente esta afirmación.

"Aunque no es el objetivo de este grupo de WhatsApp, me gustaría pediros calma. Sé que la población está un poco irascible con el tema de la exención de las mascarillas, y que se están creando algunas situaciones complicadas en los centros de salud o por teléfono. Estamos trabajando con el Servei de Salut y neumólogos y gabinetes buscando bibliografía... para unificar criterios y acotar los pocos casos en los que podría estar clínicamente justificado y concretar exenciones clínicamente avaladas. Espero lo tengamos en brevísimo tiempo".

Esta comunicación se produjo el pasado 14 de julio, al día siguiente de que la consellera Gómez refrendara la obligación de llevar mascarilla en la vía pública y anunciara que el incumplimiento de esta obligación se sancionaría con un máximo de cien euros de multa a partir del pasado lunes día 20 de julio. Jornada en la que se impulsó también la iniciativa de la autodeclaración responsable.

Otra comunicación posterior, del 21 de julio, revela que "finalmente se ha optado por que la población no se descargue directamente la declaración (...) si no que la dirigiremos a Atención al Usuario del IB-Salut, señalaron sin alusión alguna al citado empoderamiento.

Compromiso

"Se trata de casos muy excepcionales a los que se recomienda mantenerse en aislamiento para no exponerse al contagio, pues son vulnerables. Solo en estos casos las personas afectadas pueden usar la declaración, que sirve para que hagan constar que cumplen alguna de las condiciones previstas y que se comprometen a no acudir a reuniones o lugares donde confluyan personas que no convivan con él", reza otra directriz del IB-Salut sobre la declaración, que recalca que los firmantes son responsables de su falsificación y de las consecuencias de no cumplir las medidas de seguridad.