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Presidencia

Cristòfol Soler, de presidente del Govern del PP a independentista

Soler tiene claro que su política lingüística y territorial provocaron que el PP forzara su caída - Ahora se centra en la Assemblea Sobiranista de Mallorca y la OCB

Imagen de archivo de Cristòfol Soler y Gabriel Cañellas. DM

Hace ahora 25 años asumía la presidencia del Govern elevado al cargo por Gabriel Cañellas, obligado a dimitir por José María Aznar por el caso túnel de Sóller. El 1 de agosto de 1995, Cristòfol Soler llegaba al Consolat de Mar para ocupar el mandato más corto de la historia de un presidente balear: el 28 de mayo de 1996 se veía obligado a presentar su dimisión forzado por los suyos, con Cañellas al frente de la operación, que colocaron a Jaume Matas en su lugar. La política lingüística a favor del catalán y, muy en especial, la política territorial tendente a una mayor protección crearon un rechazo que acabó con su carrera como dirigente del PP balear.

Soler aún se mantendría años como afiliado al PP hasta que en 2014 se dio de baja. En abril de 2015 fue nombrado presidente de la Assemblea Sobiranista de Mallorca, cargo que dejó en abril de 2018. Un mes después se colocó al frente de la OCB de Inca. Nunca se planteó militar en otro partido, pero sí llegó a la conclusión de que "ante el expolio del Gobierno central" a Balears la única salida era la autodeterminación. "Fue un largo camino, pero con la experiencia te das cuenta de que, sea quien sea quien gobierne en Madrid y en Balears, se mantiene un expolio fiscal hacia las islas que viene desde hace muchos años porque para Madrid somos unas colonias", afirma Soler respecto a su evolución política.

Con los años, tiene claro lo que provocó su caída como president del Govern. "Todo el mundo se fijaba mucho en el tema lingüístico, pero creo que tuvo más peso el impulso a los criterios de las DOT. Digamos que con eso pisé muchos callos", rememora 25 años más tarde. La remodelación que quiso hacer en su Govern, en la que sacaba a Matas de la conselleria de Economía para pasarlo a Agricultura, fue la puntilla. Con el beneplácito de Génova, históricos del PP balear se unieron en contra de quien consideraban que impulsaba una política de centro izquierda.

Soler recuerda que precisamente él se había encargado de coordinar el programa electoral del partido en el que "se debatió incluir la política lingüística y los criterios de las DOT y hubo acuerdo, aunque en los programas a veces se incluyen cuestiones sólo porque quedan bien y me temo que este era el caso".Afirma que era consciente de que "había sectores reacios" a su política, pero estaba convencido de que podría aplicarla ya que en su Govern le mostraban su apoyo. Empezando por Matas. "Creo que él fue el principal traidor", considera el expresidente quien, no obstante, deja claro que "intervino mucha gente" para forzar su salida de la presidencia del Govern.

Con su defenestración, el PP balear emprendió otro rumbo. Matas perdería las elecciones en 1999 aunque recuperaría el Govern en 2003. Tras esa legislatura, las urnas le darían de nuevo la espalda. Después, la corrupción le llevó a prisión. Tras él, el PP balear aupó a José Ramón Bauzá, la antítesis de Soler, quien llegaría al Consolat por mayoría absoluta en 2011. Con él, el partido sufrió su mayor debacle electoral tras cuatro años de gestión y aún no se ha recuperado.

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