El Govern cerró ayer la calle de Punta Ballena en Magaluf y la de la Cerveza y del Jamón en Platja de Palma. A pesar de que los bares iban a disponer de un tiempo de margen para clausurar sus negocios, la realidad es que sin previo aviso la Polícia Local cerró uno a uno todos los establecimientos de ambas zonas. Así lo explicó Diego Belmonte, comerciante del bar Chippy en Magaluf: "A las 12:00 de la mañana se ha aprobado el decreto y sobre las 15:00 han empezado a llegar para decirnos que teníamos que cerrar".

Relacionadas

Un hecho que no sentó nada bien a los diferentes trabajadores y propietarios de los locales, que de la noche a la mañana tuvieron que volver a cerrar sus negocios después de haber perdido mucho dinero durante la pandemia. "250 trabajdores de mi empresa se han ido a la calle. Venimos de pasar un invierno muy duro y habíamos abierto hacía apenas diez días. Cuando ha venido la Polícia algunos camareros se han puesto a llorar", aseguró Alejandro Jara, propietario del grupo Alex Party.

Con el cierre de ambas calles, el Govern intentó acabar con algunas de las zonas más conflictivas del turismo en la isla. Lo que se conoce como los viajes de borrachera. De hecho, el Conseller de Modelo Económico, Turismo y Trabajo, Iago Negueruela, dijo que no están a favor de recibir a estos jóvenes: "No queremos este tipo de turistas. Que no vengan". Unas declaraciones que no sentaron nada bien a los dueños de bares y establecimientos, que se sintieron ninguneados. Así de tajante se mostró Alejandro Jara: "Es un escándalo. No puede decir algo así a la gente que lleva trabajando aquí cincuenta años, diecieséis horas al día. Con esa frase me siento insultado".

El objetivo de esta medida por parte de las instituciones fue acabar con los posibles focos de contagio y evitar que surgieran más brotes. Sin embargo, algunos ciudadanos consideraron que es una medida poco efectiva porque estos turistas buscarán otras zonas y locales para seguir con la fiesta. Así lo explicó Raquel Barreto, vecina de la zona de Magaluf: "Si entra el turismo internacional habrá brotes seguro. Da igual que cierren una zona u otra, porque si los aeropuertos siguen abiertos la gente buscará otras calles para continuar saliendo".

Los turistas

Desde la perspectiva de algunos extranjeros, esta medida puede ser adecuada ya que en estas zonas se solían producir grandes aglomeraciones de gente bebiendo y sin mantener la distancia de seguridad. De esta manera lo interpretó Michaela Koegler, turista procedente de Alemania: "Tenemos que afrontar el problema del coronavirus porque es algo muy importante. Ha sido la primera vez que veníamos a Mallorca y hemos visto muchos hoteles y bares cerrados pero es lo que toca". Además, otro grupo de extranjeras procedentes del mismo país confirmaron que no se están respetando las medidas de seguridad: "No nos sentimos muy seguras aquí. En el hotel no se respetan las ditancias de seguridad y en los bares nadie lleva puesta la mascarilla. En Alemania se cumplen más estas medidas".

Por otro lado, hay turistas que no entienden muy bien este decreto porque lo que realmente buscan es salir de fiesta. "La gente está de vacaciones y busca salir de fiesta, para eso venimos aquí", apuntó Hanna Black, turista procedente de Glasgow.

Frente a esta medida, algunos ciudadanos piden que se centralice el foco del problema en buscar un nuevo turismo. No se trata de desprestigiar al turismo de borrachera, sino buscar una alternativa que pueda satisfacer tanto a empresarios como a los ciudadanos que viven en estas zonas. Así lo explicó Raquel Barreto: "Nosotros tampoco queremos este tipo de turismo. La solución pasa por enfocarlo de otra forma."