n Los hoteleros de Balears, a través de la Federación y la Agrupación de Cadenas Hoteleras, mostraron ayer su apoyo a la decisión del Govern de cerrar la actividad empresarial en tres calles. Coinciden en que esta medida debe ser muy bien explicada a los visitantes, ya que se ha impuesto para evitar el turismo incívico, pero sobre todo para evitar contagios de coronavirus. Creen un acierto cerrar los conocidos como "puntos calientes" para de esta forma preservar el resto de la actividad turística. También mostraron su apoyo al compromiso de aumentar la vigilancia para evitar las aglomeraciones y que esta actividad se desplace a otras zonas.

Desde la Caeb también se mostró el apoyo a esta actuación contra el llamado "turismo de excesos", una práctica a la que se opone la patronal, que apuesta por la oferta turística de calidad. Por esta razón, se recordó el esfuerzo que se tuvo que hacer para que Balears realizara la prueba piloto para recibir a los primeros turistas tras la pandemia y que ello fue posible gracias a los buenos datos del control de los contagios. Según dijo su presidenta, Carmen Planas, las empresas deben realizar su actividad dentro de los parámetros sanitarios que garanticen la seguridad. "Balears se juega mucho esta temporada y de cómo seamos capaces de hacer las cosas dependerá la supervivencia de buena parte del tejido productivo", señaló Planas.

Por su parte, el presidente de la asociación balear del ocio nocturno (Abone), Jesús Sánchez, criticó el cierre porque las administraciones "son incapaces de dominar el espacio público en las zonas públicas, que es donde se desarrolla todo lo que hemos visto en las imágenes", afirmó. Señaló que comprende "la complejidad de tomar medidas en este momento", pero criticó que se haga "a espaldas del sector" y sin poner los medios de inspección suficientes para controlar a los infractores sin tener que cerrar todo.

El partido de extrema derecha Vox también mostró su rechazo a la clausura de todos los establecimientos de comercio, ocio y restauración de Punta Ballena, la calle del Jamón y de la Cerveza para prevenir aglomeraciones que pueden ayudar a extender la Covid-19. Afirmó al respecto que se trata de "una medida dictatorial que acabará de hundir" a los empresarios y empleados.

En los mercados emisores, los tabloides Sun y Bild se hicieron eco de la medida destacando que se hace "tras las desgraciadas escenas de jóvenes con la vejiga llena vomitando y saltando sobre los coches", como se lee en el rotativo británico.