El uso obligatorio de la mascarilla en la vía pública sigue suscitando reacciones entre expertos sanitarios que, si bien aprueban esta medida en aglomeraciones que no permitan mantener la distancia de seguridad frente al coronavirus, no comprenden cómo no viene complementada por la exigencia de una PCR negativa con la que todo turista que pretenda pasar unos días de asueto en esta isla debería llegar desde su país de origen.

Y es que los expertos consultados no comprenden la exigencia a toda la población de ponerse la mascarilla para salir a la calle con unos datos epidemiológicos que, sin ir más lejos, ayer hablaban de tan solo 128 contagios activos en las tres islas, diez menos que el lunes, y de únicamente 20 personas hospitalizadas, 4 de ellas en situación grave en unidades de críticos de Mallorca.

Una situación "muy buena", como recalcan los máximos responsables sanitarios en cada comparecencia pública, y que pese a ella habría obligado a adoptar la medida del uso obligatorio de la mascarilla "por la relajación de la población" en el mantenimiento de las medidas de seguridad, como se ha justificado con un argumento oficial del Govern con el que no comulgarían todos sus miembros. La división en el seno del Ejecutivo autonómico en torno a esta cuestión es un asunto que, de momento, se está dirimiendo a puerta cerrada.

"¿Es necesario ponerse una mascarilla cuando vas a un restaurante a cenar?", se pregunta el doctor Javier Garau, jefe de Medicina Interna de la Clínica Rotger, para contestarse a continuación que "es un absurdo".

"Podríamos estar hablando durante horas de las diferentes casuísticas, pero desde hace tiempo defiendo que, si quieres jugar a una Mallorca segura, deberías exigir una PCR a todos los turistas que vinieran a la isla. Dar confianza al turista", apunta el internista recordando al argumento dado por los responsables políticos para defender el ya implantado uso generalizado de la mascarilla en la vía pública, "es conseguir que se hagan una PCR en origen".

"Si están pidiendo PCR a los turistas que llegan a Madeira, una isla del Atlántico competidora directa nuestra, e incluso a los que llegan a Namibia, ¡cómo no te van a pedir una para venir a Mallorca!", zanja la cuestión Garau.

No rechaza sin embargo este especialista el uso de la mascarilla en situaciones de aglomeraciones de personas, cuando no se pueda mantener la distancia de seguridad. "Hasta Trump (Donald, presidente de los Estados Unidos), uno de sus más acérrimos detractores, se la ha puesto porque en Estados Unidos tienen una situación terrible. Aquí tenemos un buen número de brotes reconocidos y, aunque son de pequeñas dimensiones, la gente está preocupada", señala Garau aludiendo a las imágenes de botellones y de fiestas multitudinarias en las calles que habitualmente toman los turistas alemanes e ingleses en los meses de estío.

Noventa euros por prueba

Coincide con los argumentos del jefe de la Rotger el responsable del laboratorio de Microbiología de Son Espases, Antonio Oliver, para quien se debería exigir una PCR en el aeropuerto a todos los turistas de países con una peor situación epidemiológica que la de Balears.

"Y si vienen sin ella, se la hacemos nosotros y se la cobramos", apuntó revelando que incluso en su departamento ya han calculado el importe que se facturaría por cada prueba a un turista: Noventa euros.

No sabe evaluar este microbiólogo qué impacto podría tener la exigencia de una PCR en la llegada de un mayor o menor número de turistas como tampoco sabe, admite, qué efecto disuasorio tendrá el hecho de que se oblige llevar la mascarilla por la vía pública a los visitantes ocasionales. "El coste material de la prueba puede ascender a unos 50 euros, aunque no sé que costará hacérsela en nuestros países emisores", confiesa.

Preguntado sobre si Eivissa y Menorca tendrían capacidad de asumir la realización de las PCR a los turistas que llegaran sin ella, Oliver opina que sí, que ambas islas podrían realizar unas 500 pruebas al día y que siempre podrían pedir ayuda a Mallorca, cuyos hospitales públicos estarían capacitados en estos momentos de realizar hasta 6.000 test diarios de este tipo.

"Solo en Son Espases podríamos hacer hasta 5.000 pruebas diarias de forma razonable y hasta 10.000 en caso de una emergencia doblando turnos y teniendo el laboratorio en funcionamiento las 24 horas del día", concluyó.

La doctora María Peñaranda, adjunta de la sección de Enfermedades Infecciosas de Son Espases, discrepa con sus compañeros ya que defiende como "correcta y adecuada" la obligación de llevar mascarilla. Y lo argumenta: "Sabemos que el virus sigue circulando porque seguimos diagnosticando la enfermedad e ingresando a pacientes. Por eso creo que la medida es buena para evitar que la situación actual se convierta en un gran rebrote que obligue a tomar medidas más drásticas".

Sobre la petición de una PCR a todos los turistas, duda de si sería una medida factible. "Me parece más factible la mascarilla universal, más adecuada en estos momentos en espacios cerrados y en vías públicas", concluye.