En estos momentos, en el aeropuerto de Son Sant Joan los turistas extranjeros solo deben someterse a una inspección visual, dejarse tomar la temperatura y rellenar un formulario en el que declaran no haber tenido fiebre en los últimos días para poder entrar en Mallorca.

Este control, potestad de AENA aunque bajo el control de Sanidad Exterior, se está ejecutando por empresas externas, tanto en los denominados controles primarios que se limitan a las acciones reflejadas en el párrafo anterior, como en los secundarios que se ajustan a los protocolos marcados por Salud con los turistas sospechosos y que son revisados de forma más concienzuda.

En estos controles secundarios, externalizados por AENA al grupo Quirónsalud Palmaplanas, se realiza una PCR a los turistas que presenten algo de fiebre o algún otro síntoma sospechoso. Mientras se hace la prueba, el turista ha de quedar confinado, aislamiento que se alargaría durante los preceptivos 14 días si el resultado fuese positivo ya que resultaría más complicada su repatriación encontrándose con la infección activa.

Estas son todas las medidas de seguridad que se adoptan en la principal puerta de acceso a la isla para evitar que se cuelen casos importados de coronavirus. Y tan solo con los turistas venidos de fuera del país. Con los nacionales, tras las tomas iniciales de temperatura del Govern, ya no se realiza ningún control. Salvo la entrega del formulario cumplimentado si las compañías aéreas se acuerdan de facilitárselos.