La destitución de la socialista balear Bel Oliver como secretaria de Estado de Turismo, decidida el martes por la ministra Reyes Maroto, ha sido recibida en el PSIB con sorpresa. Todos los dirigentes del partido consultados por este periódico admiten que se trata de una mala noticia para Balears, cuya posición queda debilitada en el Gobierno de Pedro Sánchez, aunque oficialmente repiten el argumento de que su incorporación a la Organización Mundial de Turismo (OMT) es una buena noticia para las islas al ocupar un cargo de "gran relevancia internacional" en el ámbito turístico. En la práctica, la secretaría de Estado de Turismo era un cargo estratégico para las islas, máxime en la actual situación de crisis del sector como consecuencia del coronavirus.

Las fuentes consultadas coinciden en adjudicar la caída de Oliver a un golpe de timón en el Ministerio, en el que el cese de Oliver se enmarcaría en una profunda remodelación. De hecho, todos inciden en que antes de hacerse efectivo su destitución fulminante el Gobierno le buscó una salida digna, con apariencia de ascenso, colocándola en la OMT.

La profunda remodelación afecta a la mitad de la cúpula de Turismo y coincide con la información desvelada por El Confidencial de que el sello de turismo responsable anti Covid-19, de la secretaría de Estado de Turismo, es un coladero por el que cualquier usuario puede obtener, con identificación falsa y sin verificación de datos, la garantía de que sus establecimientos turísticos están libres de coronavirus.

La ministra Maroto justificó la reorganización del departamento en plena crisis del sector por el coronavirus en que se trataba de cambios ante "la necesidad de reforzar su equipo para abordar los nuevos retos del turismo en un escenario marcado por la recuperación poscovid-19". Sin embargo, distintos dirigentes del PSIB coincidían ayer en que las noticias sobre el coladero del sello de turismo responsable podrían haber sido determinantes para la decisión final, aunque según informó El Confidencial el Ministerio desvinculó este asunto de la destitución de Oliver. La hasta ahora secretaria de Estado, a los que todos adjudican una buena relación con la ministra, habría caído empujada por la decisión del cambio profundo en el equipo, según distintos dirigentes socialistas de Balears.

El puesto de Oliver al frente de la secretaría de Estado de Turismo lo ocupará el madrileño Fernando Valdés, hasta ahora subsecretario del Ministerio. Además, Maroto aprovechó los cambios para nombrar a Pablo Garde como subsecretario del departamento y a Miguel Sanz como director general del Instituto de Turismo de España (Turespaña), una plaza que estaba vacante desde que su anterior responsable, el canario Hector Gómez, lograra un escaño en el Congreso de los Diputados.

En el PSIB son conscientes, más allá de las declaraciones oficiales, de que la destitución de Oliver no solo es negativa para Balears al tratarse de un cargo de gran relevancia para el sector turístico, sino porque la capacidad de influencia del Govern y de la propia Francina Armengol en el Ejecutivo de Pedro Sánchez se reduce, ya que ningún balear estará en un puesto de peso en el Gobierno estatal en plena crisis.