El grupo Meliá ha tirado de las orejas a los gestores del complejo Nikki Beach por no respetar las medidas de seguridad sanitaria en las actividades que celebró el pasado sábado, según se ha señalado desde esta empresa hotelera, y que además fueron denunciadas por la patronal de ocio nocturno de Balears (Abone) ante la conselleria de Turismo, aunque sin resultado porque al llegar al lugar los agentes policiales la celebración había concluido.

Según se ha indicado desde Meliá, los gestores de Nikki Beach organizan celebraciones con la presencia de un carro lleno de bebidas alcohólicas. El problema es que este comportamiento, que tuvo lugar al mediodía del pasado sábado, fue grabado por uno de los participantes y difundido a través de redes sociales, con unas imágenes en las que se observa que los asistentes no están respetando las distancias de seguridad. Desde la cadena hotelera, propietaria del recinto, se asegura que advirtió a la empresa que lo gestiona de que corrigiera este comportamiento y exigió que no se repita, lo que llevó a que se cancelara de inmediato, con la garantía de que no se volverá a producir.

Ese vídeo llegó a manos de la patronal Abone alrededor de las 6 de la tarde de ese sábado, según señaló su presidente, Jesús Sánchez, que inmediatamente lo remitió a la directora general de Turismo del Govern, Rosa Ana Morillo.

Dos horas más tarde, ésta respondió a Sánchez que cuando los agentes policiales se personaron en el lugar, ya no encontraron ningún comportamiento contrario a la normativa sobre la Covid-19 y le aseguró que el Govern seguirá "vigilante".

Malestar empresarial

Sin embargo, Jesús Sánchez reconoció no estar nada satisfecho con el balance de la campaña de inspecciones para detectar aglomeraciones ilegales que el Ejecutivo autonómico, la Delegación del Gobierno y las administraciones locales pusieron en marcha durante el pasado fin de semana, al considerar que se ha centrado en los establecimientos reglados de ocio nocturno, en lugar de perseguir con mayor rotundidad las fiestas ilegales que se celebran en instalaciones sin licencia para la oferta de música y en viviendas particulares.

El presidente de Abone defendió la necesidad de modificar la orientación de estos controles, alegando que los comportamientos más peligrosos para la propagación de la pandemia son los que se producen en estas segundas instalaciones, como se observa en los vídeos que se difunden por las redes sociales.