Casi unanimidad. Cuatro de los cinco expertos consultados, aunque uno de ellos albergando ciertos reparos, aplaudieron ayer al uso obligatorio de la mascarillas en la vía pública a partir del lunes. Y lo hicieron no por la protección efectiva que supone este elemento frente a un contagio por el nuevo coronavirus, sino porque ellos también han percibido una cierta relajación en las medidas de seguridad que adopta la población para preservarse del patógeno.

Empezando por el discrepante, a Jaume Giménez, médico de familia y exmiembro del grupo de enfermedades infecciosas de la Societat Balear de Medicina de Família i Comunitària (Ibamfic), la medida le parecía "un poco exagerada. Sí entiendo esa medida en Cataluña donde hay brotes importantes de trasmisión comunitaria, pero aquí no era tan imprescindible. Entiendo que en Lleida y en Lugo adopten esta medida antes que volver a encerrar a todo el mundo en sus casas, pero aquí me parece un poco excesiva", reiteró.

"Sí, estoy de acuerdo. Pero no por la actual situación epidemiológica, que es buena, sino por una relajación de la población en el mantenimiento de la distancia de seguridad", contraponía la internista Luisa Martín, presidenta de la comisión de enfermedades infecciosas del hospital de Son Espases.

"Pero la mascarilla no debe utilizarse como un quitamultas, hay que usarla bien y tener muy claro cuándo hay que cambiarla", apuntó la experta reclamando ayudas económicas para las familias ya que, calculó, una familia con dos hijos puede llegar a gastarse hasta 40 euros al mes en la adquisición de estos elementos.

Su homólogo en el hospital de Manacor, Xavier Mesquida, dijo que "en la actual situación de relajación de las personas, entiendo esta medida", señaló admitiendo que anteriormente nunca se había mostrado partidario del uso de mascarilla en espacios abiertos.

Emilio Arteaga, responsable de Microbiología del comarcal de Inca, calificó la prohibición de circular sin mascarilla de "absolutamente imprescindible. Es la única manera de acabar con las dudas de la gente acerca de cuándo la debe llevar. Sabemos que no protege al 100% pero dos personas que la lleven ven reducidas al 5% sus posibilidades de contagio. Es un elemento imprescindible para evitar que tengamos sorpresas desagradables en otoño", advirtió.

Por último, el doctor Javier Garau, jefe de Medicina Interna de la Clínica Rotger, estimó que la prohibición obedece a "los brotes diarios reconocidos"los brotes diarios reconocidos así como a otros que "no se están buscando de forma sistemática", denunció. Tras posicionarse por su uso en lugares cerrados y hospitales, Garau reiteró que la mascarilla no protege al 100% a su portador aunque admitió que la obligación puede tener un "valor pedagógico" para una población que debe extremar las precauciones tras la mayor libertad de movimientos.