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Convocan la plaza para sustituir al juez Terrasa en el TSJB

El magistrado no se presentará a la reelección de presidente y se barajan varios candidatos

Tras tres mandatos consecutivos, el magistrado Antoni Terrasa abandona la presidencia del Tribunal Superior de Justicia de Balears, el máximo órgano judicial de las islas. Y se marcha una vez que ha terminado su último mandato. Por esta razón, la Comisión Permanente del Consejo General del Poder Judicial anunció ayer la convocatoria de esta presidencia. Pueden optar a este cargo todos los magistrados de carrera que estén en servicio activo. El único requerimiento que se les exige es que cuenten con una antigüedad mínima de quince años en la carrera judicial.

Antoni Terrasa ya ha anunciado su intención de no presentarse a la renovación del cargo. Entiende que tres mandatos seguidos es tiempo más que suficiente para ocupar esta presidencia, por lo que tiene decidido abandonar este cargo de máxima responsabilidad en la justicia balear. A pesar de que deja la presidente de la Sala civil y penal del TSJB, continuará como magistrado en la misma jurisdicción.

El estado de alarma ha retrasado unos meses el nombramiento del juez que va a sustituir a Terrasa. De momento, no se ha anunciado nigún candidato a sustituirle, si bien en medios jurídicos se señala que la persona que tiene más posibilidades para ocupar este cargo es el juez Carlos Gómez, que también forma parte como magistrado de la misma sala del TSJB.

Tampoco se descarta que opten otros candidatos, como podría ser el también magistrado del TSJB, Pedro Barceló. Otro de los posibles candidatos es el juez Gabriel Fiol, actual presidente de la Sala de lo contencioso administrativo del TSJB. Tanto Fiol como Gómez optaron al cargo en la anterior convocatoria, si bien ninguno de los dos fue elegido, debido a que se optó por la línea continuista que representaba el juez Antoni Terrasa.

El principal reto que tendrá que afrontar el nuevo presidente es que los juzgados de Balears, que históricamente vienen arrastrando un grave problema de falta de medios, puedan hacer frente a la avalancha de demandas que se avecina como consecuencia de la crisis económica que arrastrará el estado de alarma.

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