El endurecimiento de las medidas de seguridad ante la Covid-19 no pilla a nadie por sorpresa. Siguiendo los pasos de Cataluña, el Ejecutivo autonómico ha decidido que las mascarillas sean de uso obligatorio en todos los espacios públicos a partir de este lunes, aunque se mantenga la distancia de seguridad.

En general, la ciudadanía ha recibido la noticia como algo "lógico" y "razonable". "Me parece una medida bastante adecuada para evitar nuevos rebrotes, y es mejor prevenir que curar", comentó Pilar López, dependienta de una heladería. Mientras Lucas Frasconá, que trabaja en una cafetería, se mostró más dudoso ante la nueva normativa: "La medida me parece bien, pero es una dificultad para trabajar, sobre todo por el calor que hace".

No todos están de acuerdo

No faltan las voces contrarias a la resolución del Govern. "Me parece algo excesivo, porque manteniendo una distancia de dos metros, no creo que hiciese falta ponerse la mascarilla en la vía pública", opinó Cristian Bustos, comerciante en el Mercat de l'Olivar. Bustos se quejó de que "el agobio que provoca es muy alto, la boca se reseca, no puedes hablar y no puedes mantener un diálogo con el cliente".

En la misma línea se pronunció Alfonso Montilla, empleado de un restaurante, quien manifestó que la medida le parece "impráctica". "Lo que pasa es que nadie está poniendo el sistema como toca, otras cafeterías no usan geles desinfectantes, nosotros desinfectamos en cada momento y damos gel a todas las personas, y esto lo hacen muy pocos establecimientos".

Por su parte, Marilena Payeras culpó a la "indisciplina" de las personas como la causa de este nuevo decreto: "Si no nos obligasen a llevar la mascarilla, no lo haríamos", objetó.

El futuro del pequeño comercio aunque la medida se vea de forma general como "algo necesario", no deja de haber preocupación por los pequeños comercios. Es el caso de Carmen Vives, propietaria de una tienda de ropa: "Lo primero es la salud, el negocio es algo secundario, pero para nosotros los autónomos es algo muy importante".

Al lado de su tienda se encuentra la panadería donde trabaja Fernanda Serra. "Aunque es muy díficil para nosotros en el trabajo, creo que está bien para que no haya rebrotes, es un mínimo cuidado que debemos seguir todos para poder seguir trabajando", sostuvo Serra.

Por otro lado, Mariana Recchia es dueña de una cafetería y según su señaló, no cree que "afecte al negocio porque ya obligamos a entrar con mascarilla y en la terraza solo se la quitan cuando van a tomar algo".

Incertidumbre en el turismo

En el caso del turismo, la opinión es más consensuada. Joan Canyelles estimó que la medida "no afectará al turismo, quien quiera venir vendrá". "Nos tenemos que mentalizar todos de que a partir de ahora tendremos que utilizar otro tipo de seguridad higiénica, lo que incluye el uso de las mascarillas", prosiguió Canyelles.

Además, según explicó Alfonso Montilla, trabajador de un restaurante, el problema vendría si se relajasen las restricciones: "Creo que deberíamos tomar más medidas para que no haya más rebrotes y así pueda venir el turismo".

Carmen Vives tampoco cree que el turismo se vea perjudicado: "Del turismo que tiene la isla, la gran mayoría es de calidad y son conscientes. Si en su país se ponen la mascarilla, cuando vengan a España, también deberían hacerlo".

Algo más preocupada estaba Lidia Reynés, quien opinó que "al turismo sí afectará, pero tenemos que cambiar la manera de vivir, y los turistas que vengan tendrán que llevar mascarilla y adaptarse a las medidas de aquí".

Asimismo, Lucas Frasconá evidenció un posible problema de desinformación: "No sé si habrá gente que se la ponga de verdad, es muy difícil controlarlo. El turista no sé si se enterará la medida, por ahora yo veo mucho turista sin mascarilla, no la llevan ni en la mano".

Cerioni Maldedamián, camarero en una cafetería del centro de Palma, sentenció que "es necesario aplicar las medidas preventivas que hagan falta. Estoy de acuerdo con las medida porque ya todo el mundo tiene mascarilla y la usa". "Ya es algo que la gente tiene en su forma de vida diaria, no creo que resulte un problema", concluyó Maldedamián.

Y es que tal y como apuntó Cristian Bustos, ahora la mascarilla pasará a formar parte de nuestro vestuario como "un accesorio más".