La pandemia se ha llevado por delante las previsiones y los planes tanto de los empresarios como de los turistas. Nadie sabe nada porque lo que vale en cuestión de horas puede cambiar radicalmente. De ahí que en la temporada del caos y ante laamenaza de brotes de Covid-19 el sector turístico está descolocado al tener que tomar decisiones con reservas ficticias. Es tanta la flexibilidad que se está brindando este año para cancelar o cambiar las fechas de las estancias, vuelos u otros servicios turísticos que la incertidumbre se ha disparado.

Desviando clientes

Para que el turista recupere la confianza y tome la decisión de ir de vacaciones era fundamental flexibilizar al máximo la política de cambios y anulaciones. Sobre todo cuando se viaja a otro país, con las fronteras europeas recién abiertas y el peligro rondando de que por un rebrote importante de Covid-19 se vuelvan a cerrar. Eso se traduce en que se desconocen las ocupaciones "reales" que van a tener los establecimientos turísticos, señalan fuentes del sector. Hasta dos días antes es posible hacer cambios en los hoteles.

En el caso de la turoperación se permiten las cancelaciones veinticuatro horas antes, son "reservas de último minuto" porque se toma la decisión o no de viajar siguiendo las noticias, de manera que los desvíos de turistas es la tónica general. "Julio está siendo estresante", señalan fuentes de una de las principales mayoristas alemanas, que aplauden cómo sus socios los hoteleros "no están poniendo pegas" y fluye la colaboración para recolocar a los turistas que no pueden hospedarse en un establecimiento que aún no ha abierto. Por otro lado, hay que sortear el descontento de los clientes que ven "que no les llevan al establecimiento que habían contratado".

Abrir o no abrir

Por esa razón está siendo tan complicado tomar la decisión de abrir o no un hotel este verano. Algunas cadenas "cambian las fechas de apertura cada día" porque no están logrando llenar los hoteles que ya tienen abiertos. Otras, por ejemplo, JS Hotels o Universal, se apunta, han logrado afinar mejor su planificación para este complicado verano. En el caso de las hoteleras de menor tamaño es comprensible que tienen más dificultades para tomar decisiones.

En palabras de un directivo hotelero "hay mucho caos en todo a día de hoy, razón por la que como ocurrió la semana pasada llegaron huéspedes a un hotel que estaba cerrado".

Balears apostó fuerte por sacar adelante el plan piloto del corredor turístico seguro con Alemania. Fue un éxito por el gran eco mediático que tuvo al ser la primera experiencia de las vacaciones de la nueva normalidad. Sin embargo otra cosa es que por haber traído a Balears a unos 2.000 turistas de la mano de la maquinaria de TUI se vayan a "disparar las reservas", advierten desde el sector. Entre los objetivos del plan del Govern y del sector privado estaban tanto dinamizar las reservas como animar a los hoteleros a poner en marcha sus negocios.

Pero con reservas de un 15% o un 20%, o incluso llegando al 30%, es muy complicado mantener un hotel abierto. Puede darse el caso de que "haya el triple de personal que de huéspedes", advierte un pequeño hotelero que abrirá su establecimiento el próximo domingo.

Es cierto que continúan las aperturas hoteleras. Cabe recordar que la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca ha previsto que se alcance un 30% de establecimientos operativos este julio, e incluso terminar el mes con un 40 % en marcha. Alrededor de unos 260 hoteles. Y los destinos baleares esperan que el mercado británico venga fuerte a partir de la segunda quincena de julio, con matices, pues no se augura que la demanda supere el 20% respecto a la temporada del año pasado.

En el caso de las viviendas de alquiler, un sector más estable en reservas, también este verano está sometido al vaivén de las cancelaciones y los cambios, señala desde Habtur su gerente, María Gibert. No obstante, para julio se prevé una ocupación del 60%.

Ayer estaban previstos 229 vuelos en Son Sant joan, un ligero repunte, con 115 llegadas y 114 salidas, según fuentes de Aena. Los vuelos internacionales duplican a los nacionales.

La recuperación del tráfico es notoria pero está lejos de la conectividad aérea que acostumbra a tener el tercer aeropuerto español y los aviones no se llenan, ni siquiera los de TUIfly.