Sin mascarillas, sin distancia social y sin autorización. La fiesta ilegal de sa Pobla, que reunió la noche del sábado en un terreno rústico a las afueras del municipio a más de doscientas personas, bebiendo y bailando hasta el amanecer, solicitó un permiso de boda que le fue denegado por el ayuntamiento.

Así lo ha confirmado hoy a IB3 Televisión el alcalde Llorenç Gelabert, que también ha anunciado que se están tramitando entre siete y nueve sanciones a las que tendrán que hacer frente los organizadores, entre ellas una por vulneración de la Ley de Seguridad Ciudadana y otra por el uso de apartamento que se le da a una pequeña construcción anexa a la finca rústica donde se celebró la fiesta.

El alcalde calificó de "desfase" la fiesta ilegal y confirmó que durante el jolgorio nocturno no se celebró boda alguna, como se simuló en la instancia que los organizadores remitieron días antes al consistorio y que el ingeniero municipal rechazó.

Segun el relato del alcalde, la fiesta empezó sobre las diez de la noche y terminó a las nueve de la mañana, provocó una concentración de vehículos en el camino de acceso a la finca y una gran cantidad de llamadas de vecinos indignados por el ruido y por el peligro de la multitud de fiesta tras los meses de pandemia, llamadas que recibió la Policía Local del municipio y el propio alcalde.

La Policía clausuró una fiesta ilegal en una casa de la urbanización Costa de la Calma, a la que asistieron más de cien personas. La presidenta Francina Armengol llamó a "no jugar" con la salud de la sociedad