Balears tiene todos los puntos para ser el banco de pruebas de la transformación hacia una energía 100% renovable, porque cuenta con varias singularidades y una Ley de Cambio Climático que la pueden hacer pionera. Lo dicen los autores de un estudio titulado 'Los territorios no peninsulares 100% descarbonizados en 2040: La vanguardia de la transición energética en España', aunque para lograr avanzarse una década a la fecha límite marcada por la Unión Europea, 2050, se necesita una inyección de 2.000 millones de euros en los próximos diez años que impulsen el desarrollo de las renovables y la instalación de sistemas de almacenamiento. La inversión hasta 2040 tendría que ser de 6.000 a 7.000 millones en total, según el informe de la consultora Monitor Deloitte, que ha realizado en colaboración con la compañía eléctrica Endesa y que presentó ayer.
Entre los numerosos datos que ofreció el responsable de Energía y Recursos Naturales de Deloitte, Alberto Amores, destacó que un hogar medio del archipiélago se podría beneficiar de este cambio de rumbo "con una reducción del gasto energético del 37% en diez años y del 72% en dos décadas". Y apostó por el uso de las energías verdes mediante autoconsumo, incentivándolo con fiscalidad y tarifas horarias. "La limitación del suelo disponible y la sensibilidad ciudadana hacia el impacto de las renovables en el territorio es uno de los principales retos", de ahí la importancia del autoconsumo en las islas. "Aprovecharlo al máximo permite utilizar un 42% menos de territorio", añadió en referencia a la instalación de placas solares en azoteas o jardines frente a grandes extensiones de terreno dedicadas a energía fotovoltaica.
La ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, afirmó en la misma línea que el aumento gradual de estos proyectos debe hacerse teniendo en cuenta "una correcta ubicación e integración con el fin de no generar rechazo en el territorio", tal como destacó durante su intervención. Espera además el incremento de diversas formas de abastecimiento, entre ellas "comunidades energéticas, microrredes...", que alcanzarán la normalidad a medio y largo plazo; y el "gran desafío de la integración de los vehículos eléctricos". Todo ello bajo el paraguas del nuevo proyecto de ley estatal de Cambio Climático, que se está tramitando en el Congreso y que "debe incluir la vulnerabilidad de los territorios insulares y su oportunidad como punta de lanza" para "acelerar la economía verde, ya que ahora no es tiempo de ralentizar".
Según el CEO de Endesa, José Bogas, es el momento de "pasar a la acción con medidas concretas y eficaces", debido a que "el sector energético debe ser uno de los principales motores". La crisis económica por la Covid coloca a los territorios no peninsulares analizados (Balears, Canarias, Ceuta y Melilla) "en un momento doblemente importante", ya que están en la línea de salida de la descarbonización, que reactivará su economía y generará empleo. "Es un perfecto banco de pruebas que servirá de referencia para otros territorios similares de la Unión Europea" y "el estudio pone de manifiesto que es posible hacerlo, necesario conseguirlo y perfectamente viable", concluyó su exposición.
El vicepresidente y conseller de Transición Energética del Govern balear, Juan José Yllanes, también afirmó por videoconferencia que "es la única manera eficiente de luchar contra el cambio climático y crear puestos de trabajo de gran calidad y no estacionales. Sin duda será un impulso para unas islas enormemente maltratadas", confía sobre el nuevo reto.
Con las inversiones necesarias hasta 2040, habría un coste medio de generación de energía de entre 50 y 55 euros por megavatio/hora, es decir, un 55% inferior al actual, según los datos del informe, que resalta que "entre el 80 y el 85% de las actuaciones supondrían un ahorro de costes frente a las soluciones actuales".
