El aeropuerto de Palma, en el que un día de temporada alta del año pasado podían pasar unos 150.000 pasajeros, con unos 1.000 vuelos, ahora se ha convertido en un caos, con dos centenares de vuelos cuando apremia echar a andar a la temporada turística de la pandemia. Sin distancias de seguridad y con aglomeraciones de viajeros nacionales e internacionales. A ello hay que sumar el 'pasaporte sanitario', miles de papeles a revisar, unos 13.000 este primero de julio pasado. Aunque se ha anunciado su automatización a través de un código QR lo cierto es que todavía no funciona. Madrid ha establecido un periodo transitorio hasta el día 31.

Son Sant Joan es un hervidero de viajeros cruzando pasillos, unos directamente a recoger las maletas. Otros antes de eso, a pasar el control sanitario. Mientras Aena y las administraciones central y autonómica se pasan la pelota unos a otros. La delegada del Gobierno en Balears, Aina Calvo, ayer se despachó apelando a "la responsabilidad personal" de cada viajero. Y el mayor gestor aeroportuario del mundo, a cargo de 46 aeropuertos en España más el de Londres-Luton, echa la culpa a los pasajeros internacionales que llegan con el formulario sanitario sin cumplimentar o sin él directamente; lo que es lo mismo que descargar la responsabilidad en las aerolíneas que les han transportado.

Todos se escudan en que el 1 de julio fue el primer día de la temporada turística en la isla.

Cuestionarios incompletos

El miércoles hubo 210 vuelos: 74 internacionales con unos 13.000 pasajeros que debían entregar el cuestionario de salud pública (PLC, Passanger Location Card). Ahí empezó el caos. Según Aena "muchos de los pasajeros" aterrizaron con el formulario "cumplimentado incorrectamente o sin él, a lo que achacan las aglomeraciones.

Lo que no se señala es que, como denunciaron viajeros de vuelos nacionales, también hubo acumulaciones de personas transitando por las terminales pues, como antes de la crisis sanitaria, los pasajeros de diversas procedencias cuyos vuelos aterrizan al mismo tiempo confluyen por los pasillos de las terminales mientras se dirigen a la salida.

A los problemas con los formularios de los controles sanitarios se atribuye el incumplimiento de las medidas de seguridad en Son Sant Joan.

Aena explica que los PLC están siendo cumplimentados por la mayoría de los pasajeros de forma manual y que se han dispuesto más mesas en los módulos del edificio terminal que actualmente están operativos y también en los corredores de acceso a la zona de llegadas. También se esgrime que se ha dotado de más personal de apoyo para que cuando los pasajeros procedentes lleguen al control sanitario, tengan la documentación debidamente cumplimentada y su paso sea más fluido.

Según otras fuentes, las aerolíneas no se aclaran sobre cuál es el formulario que deben entregar a sus pasajeros, y algunas todavía el miércoles estaban repartiendo el autonómico que implementó la conselleria de Sanidad durante el estado de alarma. Y faltaban hasta bolígrafos.

Ayer Son Sant Joan tenía programados 212 vuelos: 127 internacionales y 85 nacionales. Del total de llegadas (107), 64 eran internacionales. Una decena menos que el miércoles. Se pueden estimar unos 11.500 pasajeros que debían pasar el control sanitario y entregar el formulario. Todavía Aena no está brindando información sobre el número de pasajeros. Cabe recordar que durante el estado de alarma fue la Delegación del Gobierno quien lo hacía.

Mayor fluidez

El gestor aeroportuario aseguró que los controles sanitarios estaban siendo más fluidos este jueves. "Cuando la transición entre entregar el PLC manualmente a hacerlo de forma electrónica se haga efectiva, el paso por el control sanitario será más ágil y cómodo", asegura Aena. El formulario electrónico generará un código QR que se pasará directamente por un escáner para su validación.

Por otro lado, fuentes de primera línea en el aeropuerto aseguran que el miércoles la mayoría de los pasajeros internacionales llegaron con los formularios cumplimentados y tan solo hubo aglomeraciones puntuales provocadas por los controles sanitarios. Se echó en falta "más interés" por parte del director del aeropuerto, Tomás Melgar, en la primera jornada de la temporada turística en Son Sant Joan y la apertura de fronteras.

Mientras tanto, en el aeropuerto el personal a cargo de hacer los controles sanitarios tiene que seguir revisando miles de formularios en papel, con la temporada turística arrancando, para vigilar que no lleguen casos importados de Covid-19.

Para la toma de temperatura, con cámaras termográficas, el control documental y visual de los pasajeros internacionales Aena ha subcontratado, por 19, 7 millones, con Interserve y Quirón los controles sanitarios. La primera hace uno primario (temperatura, cuestionario y control visual) y la segunda otro secundario, por si hubiera sospechas de viajeros con Covid-19. En los puertos las navieras están a cargo del control primario y la Clínica Juaneda del secundario.

Sin casos importados

En caso de posibles casos importados de coronavirus, interviene el personal de Sanidad Exterior del Ministerio.

Según ha confirmado este diario, hasta ahora en puertos y aeropuertos de Balears tan solo ha habido sospechas de contagios, sin confirmarse ningún caso.

Por su parte, Més per Mallorca exige a Aena medidas para garantizar la seguridad en los aeropuertos frente a la pandemia. El socio del Govern está preocupado por la situación vivida en Son Sant Joan con la llegada masiva de turistas. Y el PP, a través de los diputados baleares Marga Prohens y Miguel Jerez, presentó el día 30 de junio en el Congreso 25 preguntas sobre los controles sanitarios en los aeropuertos y el impacto económico del plan piloto. Los populares recalcan que llegan en un momento de actualidad tras "el descontrol en Son Sant Joan y las quejas sobre incumplimiento de los protocolos".