El caos que vive el Instituto Español de Oceanografía (IEO), cuya cúpula dimitió hace varios días, se ha trasladado a Mallorca. La Autoritat Portuària de Balears prohibió ayer al buque científico Ángeles Alvariño, del Centre Oceanogràfic de Balears, su atraque en cualquier puerto del archipiélago por deudas que suman casi 4.000 euros. Tras muchas horas de nervios entre los investigadores y la tripulación del barco, que se encuentra en plena campaña científica, el centro se comprometió ayer a saldar el impago, por lo que previsiblemente el buque podrá atracar en Palma el lunes tal como tenía previsto.

El Ángeles Alvariño partió del Dique del Oeste el pasado 25 de junio para estudiar las áreas de cría del atún. Mientras navegaban por los abundantes caladeros de esta especie en el mar balear fueron informados de que tenían vetado el acceso a todos los puertos de las islas, dejándoles como única opción atracar en Cartagena.

El incidente del buque no pilló por sorpresa a Antoni Quetglas, director del Centre Oceanogràfic hasta el pasado 10 de junio, cuando formalizó su dimisión. Este investigador, que sustituyó a Salud Deudero en septiembre de 2018, ha tirado la toalla frustrado por la dificultad de sacar adelante proyectos en un IEO varado por las deudas y la burocracia.

La opción de Cartagena

"Hace tiempo que teníamos esta deuda con la Autoritat Portuària. Pero no tiene sentido atracar en Cartagena porque los gastos de hotel y avión para toda la expedición serán superiores a la deuda que tenemos. Por no hablar de cómo transportaremos las muestras congeladas que recojan los investigadores durante la campaña", indicó Quetglas cuando todavía no se había alcanzado un acuerdo para satisfacer la cantidad adeudada.

La noticia dejó a los investigadores a bordo del Ángeles Alvariño en una situación de "incertidumbre máxima", en palabras de una de las científicas, y confirmó los malos presagios que ya planeaban sobre la expedición días antes de la partida. La campaña, llamada Tunibal, arrancó con mucha incertidumbre por los problemas económicos del IEO y por la situación derivada de la pandemia.

En todo caso, Quetglas indicó que el resto de expediciones programadas no están en riesgo porque en esos casos los buques dependen directamente de la secretaría general de Pesca que, teóricamente no tiene deudas con la Autoritat Portuària.

Tunibal es una campaña estratégica porque permite "obtener un índice de abundancia del atún rojo que permite conocer el estado de su población", explicó una de las investigadoras del Ángeles Alvariño. "Estos datos sirven para determinar cuestiones tan importantes como la cuota de pesca de esta especie", añadió para ilustrar la importancia de la actual campaña.

Abandono

El Instituto Español de Oceanografía (IEO), centro de referencia en España para la investigación marina, atraviesa por la peor crisis de su larga historia. La dimisión de Antoni Quetglas como director del Centre Oceanogràfic de Balears, formalizada el 10 de junio, es otra muestra de la decadencia de una institución que no levanta cabeza y que se siente abandonada por el Ministerio de Ciencia.

Desde su llegada al cargo en septiembre de 2018, Quetglas ha lidiado con grandes dificultades para comprar material, iniciar proyectos de investigación o contratar científicos, problemas que se extienden a todos los centros del IEO.

La reciente dimisión de la cúpula del IEO confirma la inestabilidad de una institución que acumula deudas mientras se ve incapaz de gastar su excedente por culpa de una maraña burocrática en la que se han enredado todos sus investigadores. El centro depende del Ministerio de Ciencia.