Las aperturas hoteleras se piensan mucho, a pesar de que a inicios de esta semana desde la FEHM se preveía que julio puede cerrar con un 40% de la planta de la isla abierta. Además de la pandemia y la baja conectividad aérea hay otro peligro rondando esta temporada: "Las reservas súperflexibles". "No queremos asustar a los clientes y que por un rebrote puedan perder su dinero", explica Cristoph Gräwert, gerente del hotel Samos. El hecho de que no haya penalizaciones se traduce en que "nadie sabe cuáles serán las entradas reales" de huéspedes.

El Samos, en Magaluf, abrirá sus puertas el día 12 sumándose así a la quincena de hoteles que han confirmado reiniciar su actividad en la primera quincena de julio. Para este mes cuenta con un 10% de reservas. Un hotel con 440 habitaciones y que da empleo a 80 trabajadores fijos discontinuos y una treintena de eventuales, "que ni siquiera cobran por el ERTE".

Con los turoperadores ocurre otro tanto. Están contactando a los clientes que abonaron un anticipo de su paquete turístico, lo que provoca que opten por anular la compra. Esa es la razón de que sigan las cancelaciones este julio y lo que "está demorando las aperturas", apunta Jaume Horrach, presidente de los hoteleros de Alcúdia y Can Picafort.

Este año de crisis será 'menos' mala para los empresarios que cuenten con depósitos de garantía de los turoperadores porque así tienen asegurado que a sus hoteles llegarán turistas.

Por otro lado, la ministra Reyes Maroto, incidió ayer en que las reservas "se están recuperando". La titular de Turismo admitió que a los archipiélagos canario y balear "les cuesta más" por su dependencia del turismo internacional. Anunció, en una entrevista en la Cope, que viajará la próxima semana a Canarias para "animar" a la población a visitar el destino.