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Tribunales

"Me dijo que iba a matarme porque ya no le quería"

Una mujer acusa a su exmarido de intentar estrangularla con una cuerda hace un año en Palma tras décadas de malos tratos - El acusado, para quien la fiscal pide 12,5 años de cárcel, niega los hechos

El acusado, ayer a su llegada a la Audiencia Provincial de Palma, custodiado por dos policías. m.o.i.

Una mujer acusó ayer a su exmarido de haber intentado estrangularla el verano pasado en Palma, culminando décadas de malos tratos. "Me dijo que iba a matarme porque ya no le quería. Llevaba una cuerda en la mano, si no le doy una patada me habría estrangulado. Pensaba que iba a ser un número más de mujer muerta", narró la víctima entre lágrimas y sollozos en el juicio celebrado en la Audiencia Provincial. "Siempre me ha maltratado, yo le tenía pánico", apostilló. Los hijos de la pareja destacaron el carácter "agresivo" de su padre y sus problemas con el alcohol. El acusado, en prisión provisional desde que ocurrieron los hechos, negó tajantemente estas acusaciones y se presentó como una víctima. "Discutimos porque ella iba a salir de fiesta y a mí no me parecía bien. Ella me pegó con la pata de una mesa y se tiró encima de mí", afirmó el acusado, que rechazó también haber maltratado a la mujer durante los 47 años que duró su relación. La fiscalía reclama para él penas que suman 12 años y medio de prisión por delitos de intento de homicidio, violencia habitual y coacciones.

La mujer explicó que tras medio siglo de matrimonio, su relación de pareja se rompió pero ambos siguieron conviviendo. "Ya no hacíamos vida en común", afirmó. El 24 de agosto de 2019, los dos se enzarzaron en una discusión en su domicilio de la barriada de La Soledat, en Palma. "Yo iba a salir de casa porque había quedado con unas amigas. Oí que se levantaba y al girarme vi que llevaba una cuerda en las manos. Me quería estrangular. Me dijo: 'Te mato porque ya no me quieres'", relató la víctima rompiendo a llorar. La mujer explicó que, presa del pánico, le dijo que se quedaba en casa. Pero no le sirvió de nada. "Empezó a apretarme el cuello y me mareé. Luché, le dí patadas y empujones, le mordí en un dedo y gritaba pidiendo ayuda", explicó.

Llegó a temer que su nombre pasaría a formar parte de la lista de víctimas mortales de la violencia machista. "Pensaba que iba a ser un número más de mujer muerta. Los vecinos daban patadas a la puerta, pero era blindada y no podían abrirla. Al final conseguí tirarlo al suelo de una patada, cogí una barra y le pude pegar antes de escaparme", relató.

La perjudicada señaló que su marido "siempre" la ha maltratado y apuntó que la primera agresión se produjo poco después de su boda. "Yo siempre le he tenido pánico. Era muy agresivo", aseguró la mujer, que dijo no haberse separado antes por la insistencia de sus hijos.

La mujer contó al tribunal que su exmarido no aceptaba el final de su relación y que una semana antes de intentar matarla la siguió hasta un bar donde estaba con una amiga y la llamó "mentirosa y embustera".

"No quería que fuera de fiesta"

El procesado, de 68 años, desmintió todas las acusaciones. El hombre, preso desde el día de la agresión, aseguró que fue la mujer quien se abalanzó sobre él aquella noche y empezó a darle golpes en una discusión cuando le recriminó que saliera de fiesta. "A mí no me parecía bien que lo hiciera", admitió. Según su versión, tiene la movilidad limitada por varias dolencias -llegó al juicio apoyado en una muleta- y no puede levantar los brazos para estrangularla como relata su expareja. "La sujeté para hablar con ella y me empujó. Yo me caí y empezó a pegarme con la pata de una mesa", aseguró.

El acusado admitió que una semana antes acudió a un local donde su expareja estaba con una amiga. "Ella me había dicho que iba al cumpleaños de la hija de una amiga. Puede ser que la llamara mentirosa y embustera", contó. El procesado negó también haber maltratado a la víctima de manera sistemática. "Nunca la he insultado ni hemos tenido discusiones porque ella quisiera salir. Solo una vez rompí un plato porque me enfadé", señaló.

El hombre reconoció que durante un tiempo estuvo en Proyecto Hombre por sus problemas con el alcohol, que dijo no haber tenido. "Fue hace dos años, porque me encontraba mal y no comía bien. Bebía tres o cuatro chupitos al día, pero yo no lo necesitaba [el tratamiento]. No soy un borracho, sé beber", sentenció.

Los tres hijos de la pareja confirmaron cómo durante toda su vida oyeron "discusiones, gritos y golpes" y destacaron el carácter "agresivo y violento" de su padre, pero dijeron no haber presenciado agresiones físicas a su madre. Uno de ellos explicó que intentaban que siguieran conviviendo para "cuidarse" pese a la ruptura del matrimonio, y que lo hicieron porque creían que el hombre "había cambiado". "Nos engañó", consideró. El día del supuesto intento de homicidio, el acusado llamó a uno de sus hijos para pedirle que fuera a su casa. "Tienes que venir, que casi mato a tu madre", le explicó. Varios vecinos contaron que escucharon los gritos de la mujer y que ella estaba "temblando" cuando logró salir de la casa.

Al concluir la vista oral, la fiscalía mantuvo su petición de doce años y medio de cárcel para el hombre por intento de homicidio, violencia habitual y coacciones. Además, reclama que le se prohíba acercarse o comunicarse con la víctima durante 17 años. El caso quedó visto para sentencia. Tras el juicio, el acusado fue conducido de nuevo a prisión.

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