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Economía

Baleares lidera la caída en la venta de coches con un descenso del 62%

En casi seis meses se han vendido poco más de 4.000 vehículos cuando hace un año se superaban los 10.000 - Las ayudas del Gobierno impulsan poco la demanda debido a los problemas económicos de empresas y particulares

Balears está registrando un descenso en las ventas muy superior a la media española. G. Bosch

La venta de vehículos se suma a los contadores que indican que Balears está siendo la comunidad autónoma más duramente golpeada por la crisis de coronaviruscrisis de coronavirus, con una caída en lo que va de año del 62% y con recortes que solo en el mes de junio duplican la media estatal, con el agravante de que las ayudas aprobadas por el Gobierno central para incentivar estas compras apenas se han notado durante su primera semana de aplicación, según se destaca desde la asociación que agrupa a los concesionarios de automóviles de las islas (Aseda).

El presidente de esta organización empresarial, Andrés Vidal, pone de relieve la dureza del impacto que el sector está registrando. Entre el 1 de enero y el 21 de junio de este año se han vendido en las islas poco más de 4.000 vehículos, cuando en este mismo periodo de 2019 la cifra superó ampliamente los 10.000.

Eso supone que la caída acumulada en lo que se lleva del presente año está siendo del 62%, cuando en el conjunto de España se cifra en un 53%, casi diez puntos menos. Hay que tener en cuenta que en abril y mayo estas empresas registraron una paralización casi total, lo que arrastra a la baja el balance del conjunto del semestre.

Pero la tendencia negativa se ha mantenido en junio, con una bajada en las ventas de coches a familias y empresas en el archipiélago del 47%, cuando la media nacional se limita a un recorte del 23%, según destaca Vidal. Por su parte, las adquisiciones que realizan las empresas de rent a car en Balears se desplomaron durante los primeros 21 días de este mes un 57%.

Por todo ello, y a la vista del impacto que el Covid-19 está teniendo en la economía del archipiélago y muy especialmente en la actividad turística, el presidente de Aseda estima que la caída en la adquisición de vehículos que se va a acumular en las islas al cierre de 2020 se situará en torno a un 40%, colocándolas entre las zonas de España donde este recorte será más notable, e incluso en cabeza.

Pero hay un dato que apunta Andrés Vidal: si el número de coches vendidos desciende un 40% en el archipiélago, la facturación mostrará un descenso aun más acentuado, porque ahora la demanda se está centrando en los modelos económicos.

Ayudas de impulso reducido

El presidente de los distribuidores de vehículos de las islas pone en valor el plan impulsado por el Gobierno que bonifica con ayudas de 600 a 5.500 euros la adquisición de un vehículo nuevo (mayores para los eléctricos y con importes que dependen de la antigüedad del coche que se retira o de la renta del comprador, entre otros aspectos), pero lamenta que previsiblemente va a elevar de forma poco apreciable la demanda en las islas, aunque no oculta que llevan una semana en vigor por lo que es pronto para cifrar el impacto que finalmente van a tener.

El problema en las islas radica en la enorme cantidad de trabajadores afectados por ERTEs, en la pérdida de su poder adquisitivo y en los problemas que la banca pone para conceder créditos a estas personas.

Coche eléctrico

Cuando alguien necesita un coche nuevo en un contexto de incertidumbre económica, su decisión final se sustenta en dos pilares: el precio del vehículo debe de ser lo más bajo posible, y se va a lo "seguro", es decir, se apuesta por un modelo que se sabe que cubre las necesidades básicas sin facetas desconocidas, según señala el presidente de la asociación balear de distribuidores de automóviles (Aseda), Andrés Vidal.

En el momento actual, esos dos pilares hacen que la elección que está primando es la del coche compacto de gasolina, de pequeño tamaño y cuyo precio no vaya más allá de los 14.000 o los 15.000 euros.

Un elemento clave radica en que el coche eléctrico es, para empezar, hasta tres veces más caro que el de gasolina, señala Vidal, y recuerda que en un momento en que muchos trabajadores están sujetos a ERTEs el citado problema se agrava por la dificultad que estas personas tienen para que se les conceda un crédito. Pero a este punto se suma el aspecto de "ir a lo seguro", ya que el vehículo eléctrico sigue generando incertidumbres en relación a los tiempos y puntos de recarga de sus baterías y sobre su autonomía.

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