La declaración del estado de alarma a mediados de marzo y el parón económico que generó alcanzó a los baleares con la cifra de ahorro más alta de su historia en un inicio de año. Según los datos facilitados por el Banco de España, al cierre del primer trimestre de 2020 el valor de los depósitos en las oficinas bancarias de las islas ascendía a 26.252 millones de euros, claramente por encima de los 25.566 millones del inicio de 2019 y muy lejos ya de los 18.734 millones contabilizados en 2011, cuando todavía se estaba en la fase más dura de la crisis anterior.

Los último datos aportados por el Banco de España reflejan el esfuerzo que familias y empresas de las islas han hecho para sanear sus cuentas tras la anterior crisis, con un ahorro que presenta incrementos interanuales constantes. Hay que tener en cuenta además que esta cifra solo incluye el dinero destinado a las cuentas en las entidades financieras, pero no el que está en Bolsa o productos como planes de pensiones, por lo que las reservas económicas de los residentes en las islas son aun mayores.

La clave, en cualquier caso, estará en los datos del segundo y del tercer trimestre de este año, al ser los periodos que, coincidiendo con la temporada turística, el valor de los depósitos era mas alto, situación que en esta ocasión podría verse truncada.

Deuda de las islas

Por otra parte, el valor de los créditos que empresas y familias de Balears tienen pendiente de pago se ha situado en el primer trimestre de este año en los 30.060 millones de euros, en este caso con una evolución al alza que se inició en 2018 aunque la cifrada cifra todavía queda por debajo de la del primer trimestre de 2017.

Hay que poner de relieve que también a lo largo de la anterior crisis desde el archipiélago se desarrolló un constante esfuerzo para rebajar sus niveles de endeudamiento, que llegaron a ser absolutamente desproporcionados (se llegó a deber a la banca 2,4 euros por casa uno que había ahorrado).

Este trabajo de saneamiento de las cuentas de empresas y particulares mostró un cambio de tendencia hace dos años, cuando el valor del crédito empezó a ascender de nuevo, pero los economistas han subrayado que esta nueva evolución al alza no supone un peligro, por cuando las cuentas ya se habían equilibrado y lo que reflejaba era un incremento de la inversión que llevaban a cabo las empresas y un aumento del consumo por parte de los particulares.

También se ha señalado que la crisis del Covid-19 puede frenar en seco este crecimiento de los créditos vinculados a la inversión.