Esta semana ha empezado el plan de vuelta del turismo a Balears y sin cuarentena. Puede ser una buena noticia para la economía de las islas pero para serlo totalmente necesitamos que no haya rebrotes, que se trabaje cada día mejor desde la conselleria de Salut y que se cumplan una serie de medidas que ayuden al éxito de la prueba.

Hablamos de un hito importante para los trabajadores, la industria hostelera y para muchos sectores de la ciudadanía. Sin embargo, y mientras seguimos reconstruyendo la economía, Balears y España en su conjunto, tienen numerosos retos por delante ante la Covid-19 que deben superar si quieren seguir manteniendo su situación actual (que va mejorando) en un momento en el que la pandemia sigue presente en todo el mundo.

Por otra parte, los países europeos con más establecimientos de hostelería (bares, cafeterías y restaurantes) son Italia (261.600), España (256.200) y Francia (207.400), seguidos a mucha distancia del resto. España se lleva el récord europeo de densidad de bares con uno por cada 175 personas, mucho que hay que cuidar para mejorar la economía y con ello también la salud.

Para ello, es fundamental que los Gobiernos se basen en datos científicos sólidos a la hora de gestionar la pandemia, así como las decisiones sobre el turismo, para valorar los riesgos y saber qué medidas tienen que poner en marcha en cada momento y en función de las circunstancias. Esto debe incluir, en mi opinión, la creación de una nueva agencia estatal de salud pública que sirva, entre otras cosas, para la prevención y el control de enfermedades.

También, la eliminación del virus exige un sistema de vigilancia de alta eficacia que permita asegurarse de que se podrá detectar rápidamente cualquier nuevo caso. Todo ello debe incluir un sistema de información adecuado para ser conscientes de los resultados de las acciones. Es importante que recordemos que los casos activos no son los que nos tienen que preocupar en el caso de la venidas de turistas. El principal objetivo de la eliminación son los casos no detectados que extienden la enfermedad de forma silenciosa. Y además evitar la autocomplacencia (y también los nuevos brotes).

Además, es importante decir que en otros países, como por ejemplo Nueva Zelanda, que ha funcionado bien en sus estrategias ante la Covid-19, aunque hay países como Singapur, Corea del Sur o Australia que ya han tenido nuevos rebrotes como también está pasando en algunos casos en España. De todas formas, es importante decir que para ello es necesario dedicar tiempo y recursos para ampliar las capacidades para eliminar la Covid-19 y mantener puertos y aeropuertos libres de posible contagio.

Cinco respuestas necesarias para proteger la salud en tiempos de la venida de turistas a Balears

Para lograr una protección duradera para Balears, no solo contra la Covid-19, sino también contra otras graves amenazas para la salud pública, es posible conseguir avanzar y no volver atrás. Por todo ello, es importante que las medidas sean serias y hechas con la máxima prudencia:

1. Uso público de mascarillas y mantener la distancia física.

Hay otras medidas de higiene como quedarnos en casa si caemos enfermos, lavarnos las manos o saludarnos chocando los codos, que también ayudan a disminuir los contagios. Hay que decir que las mascarillas en Alemania redujeron el número de casos entre 2.3% y 13% durante los diez días después de hacerse obligatorias.

2. Mejorar la efectividad del rastreo de contactos con las herramientas digitales adecuadas.

Más contrataciones de rastreadores (o mejor "investigadores de casos") y estrategias de contención y supresión, ampliando las pruebas de cada caso sospechoso y en todos sus contactos cercanos. Ese proceso debe ser de pocos días (tres máximo) para poder resolver las situaciones de forma rápida con medidas de contención de vital importancia.

3. Gestionar los aeropuertos siguiendo un enfoque científico y seguro.

Volver de forma prudente a un mayor volumen de viajes de extranjeros a Balears puede ser importante por razones económicas. Sin embargo, es necesario evaluar los riesgos con cautela, ya que esta apertura implica algunos riesgos.

4. Crear una agencia nacional de salud pública que sea eficaz.

Sería bueno recomendar la realización de una evaluación provisional de la respuesta del sistema público de Balears al Covid-19 ahora. Estas evaluaciones nos darían información sobre aquellos elementos relativos a la capacidad de reacción de la sanidad pública que deben ser mejorados para articular una mejor respuesta a la actual pandemia, y también para preparare de cara a otras amenazas. En este sentido, la creación de una agencia de salud pública eficaz que lidere el control y la prevención de las enfermedades supondría una mejora clave. Esta agencia podría ayudar a evitar los confinamientos a través de la detección temprana y de acciones de respuesta frente a amenazas de enfermedades emergentes.

Como explican Guillem López e Ildefonso Hernández, la agencia debería saber qué hay que hacer y quién lo tiene que hacer y tanto las personas expertas como las instituciones contribuidoras serían colaboradores con unas capacidades científicas y técnicas distribuidas en universidades, centros de investigación y otras instituciones con diversas fórmulas de dependencia administrativa, que deberían configurar un organismo en red que fuera capaz de aportar las directrices técnicas y científicas con celeridad, con flexibilidad para incorporar la mejor inteligencia colectiva disponible, con poca estructura física, siendo sus recursos científicos más contingentes que permanentes.

5. Comprometerse con la realización de transformaciones profundas para evitar las grandes amenazas globales.

La Covid-19 está teniendo unos efectos sociales y sanitarios devastadores en todo el mundo que ha afectado a más de siete millones de personas, con más de 400.000 muertes. Y aunque pudiera controlarse gracias a una vacuna o a tratamientos antivirales, seguirá habiendo otras grandes amenazas sanitarias como, por ejemplo, el cambio climático o la pérdida de diversidad biológica. El fin del confinamiento ofrece la posibilidad de realizar una transformación sostenible de nuestra economía; una transformación que sea compatible con objetivos sanitarios, sociales y medioambientales más amplios.

En definitiva, en ausencia de una buena vacuna o tratamiento, tardaremos mucho tiempo en superar la amenaza del coronavirus. Y en este sentido, el riesgo de rebrotes, un escenario que el ministerio de Sanidad ya ha señalado como "probable", obliga a ser especialmente prudentes a la hora de esta llegada de turistas. Todo ello refuerza la necesidad de prudencia, cautela y mantener la guardia en alto. Y lo que cae del lado de la población es: distancia entre personas, mascarillas e higiene. Y en lo que le corresponde al sistema sanitario, es fundamental la detección precoz de los casos y rastrear a los contactos. Todo ello cuidando que no se cumplan las 3 C: cerrados, cercanos y concurridos. Hay que estar en sitios abiertos, con distancia física y no en sitios concurridos, sino mejor con poca gente. Esperemos que ello sirva para parar el virus, aunque sea con turistas alemanes en las islas.